El gigante estadounidense de la comida rápida McDonald’s, que cerró sus establecimientos en Rusia a inicios de marzo, anunció este lunes que se retirará del país y venderá todas sus operaciones, en reacción a la invasión en Ucrania.
“Estamos comprometidos con nuestra comunidad mundial y debemos permanecer inflexibles en nuestros valores”, declaró el director general del grupo, Chris Kempczinski, citado en un comunicado de la empresa. “Respetar nuestros valores significa que no podemos seguir manteniendo” McDonald’s en Rusia, añadió.
McDonald’s cerró en marzo todos sus 850 restaurantes en el país, donde afirma tener 62.000 empleados.
Pero el lunes dio un paso más, diciendo en un comunicado: “Después de más de 30 años de operaciones en el país, McDonald’s Corporation anunció que saldrá del mercado ruso y ha iniciado un proceso para vender su negocio en Rusia”.
“La crisis humanitaria causada por la guerra en Ucrania, y el precipitado e impredecible entorno operativo, han llevado a McDonald’s a concluir que la continuidad del negocio en Rusia ya no es sostenible, ni es coherente con los valores de McDonald’s”.
Dijo que estaba buscando vender “toda su cartera de restaurantes McDonald’s en Rusia a un comprador local”.
La empresa añadió que, tras la venta, los restaurantes ya no podrán utilizar el nombre, el logotipo, la marca o el menú de McDonald’s.
Rusia, donde McDonald’s gestiona directamente más del 80% de los restaurantes que llevan su nombre, representa el 9% de los ingresos de la empresa y el 3% de su beneficio operativo.
El director ejecutivo Chris Kempczinski dijo en un comunicado: “Estamos excepcionalmente orgullosos de los 62.000 empleados que trabajan en nuestros restaurantes, junto con los cientos de proveedores rusos que apoyan nuestro negocio, y nuestros franquiciados locales. Su dedicación y lealtad a McDonald’s hacen que el anuncio de hoy sea extremadamente difícil”.
“Sin embargo, tenemos un compromiso con nuestra comunidad global y debemos permanecer firmes en nuestros valores. Y nuestro compromiso con nuestros valores significa que no podemos seguir manteniendo los Arcos brillando allí”.
El primer McDonald’s de Rusia abrió sus puertas en el centro de Moscú hace más de tres décadas, poco después de la caída del Muro de Berlín. Fue un poderoso símbolo del alivio de las tensiones de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
McDonald’s fue el primer restaurante de comida rápida estadounidense en abrir en la Unión Soviética, que se derrumbaría en 1991. La decisión de McDonald’s de abandonar el país se produce al mismo tiempo que otros gigantes estadounidenses de la alimentación y las bebidas, como Coca-Cola, Pepsi y Starbucks, han interrumpido o cerrado sus operaciones en Rusia a causa de las sanciones occidentales.
Sus restaurantes en Ucrania están cerrados, pero la empresa dijo que sigue pagando los salarios completos de sus empleados allí.
El 24 de febrero, el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó la entrada de tropas en la Ucrania prooccidental, desencadenando sanciones occidentales sin precedentes contra Rusia y provocando un éxodo de empresas extranjeras como H&M, Starbucks e Ikea.
Muchas empresas occidentales se han retirado de Rusia desde su invasión de Ucrania en febrero.
Y el lunes, el fabricante de automóviles francés Renault anunció que había entregado sus activos rusos al gobierno de Moscú, lo que supone la primera nacionalización importante del desenredo económico.
Las autoridades dijeron que estaban dispuestas a nacionalizar activos extranjeros -como ocurrió con Renault- y algunos funcionarios aseguraron a los rusos que sus marcas favoritas tendrían alternativas nacionales.
Los funcionarios de Moscú han tratado de restar importancia a la gravedad de las sanciones occidentales, prometiendo que Rusia se adaptará y tomará medidas para detener la fuga de divisas y capitales.