En los días posteriores a un reciente tiroteo en el tren subterráneo de la ciudad de Nueva York, el alcalde sugirió una idea de alta tecnología: instalar escáneres que puedan detectar a quienes lleven un arma de fuego al sistema de transporte público antes que tengan la oportunidad de usarlas.
Esta tecnología para escanear con rapidez a grandes números de personas ya existe y es aplicada actualmente en lugares como estadios y parques temáticos.
Sin embargo, los expertos en seguridad dicen que instalar un sistema de ese tipo en un amplio y poroso sistema de trenes subterráneos para que sea efectivo sería difícil o imposible.
El problema no es la tecnología, sino el hecho de que los escáneres deben estar acompañados por operadores humanos que confronten a las personas que porten armas ilegalmente.
“Sería una pesadilla logística”, dijo el policía retirado James Dooley, quien trabajó en la división de tránsito. Se necesita dedicar muchos agentes para eso”.
Según Dooley, “hay cientos de estaciones y la necesidad de colocar a alguien en la entrada de cada estación es logísticamente imposible”.
El alcalde Eric Adams, un excapitán de policía, reconoce la dificultad, pero dice que sistema podría utilizarse en algunas estaciones selectas como disuasión.
“Nos gustaría intentarlo en alguna estación sin que se sepa que existe”, dijo Adams, un demócrata: “igual que hacemos con los puntos de control para vehículos (conductores ebrios)”.
Para el tren subterráneo de Nueva York, Adams mencionó una tecnología que usa sensores para detectar metales y que también puede detectar la forma de un objeto, como una pistola, mientras la gente camina sin interrupción.
Evolv, una compañía del área de Boston, usa esa tecnología en estadios de deportes profesionales en Atlanta y Nashville, en el Acuario de Georgia, en Atlanta, y en una prueba reciente en el Lincoln Center de Nueva York, pero no en sistemas de transporte público.
Los operadores pueden escanear hasta 3.600 personas por hora, de acuerdo con la compañía, pero también producir falsos positivos de artículos como Chromebooks.
Identificar a alguien con un arma es solo parte de proceso. “También se necesita potencial humano”, dijo Donell Harvin, un investigador de Rand Corp.
Adams no ha discutido públicamente cuánto costarán las máquinas y operarlas, pero según Harvin el precio podría ser muy elevado.
“Si hay un agresor determinado, nadie quiere allí a un guardia de seguridad: hay que tener a un policía”, explicó Harvin. “Es difícil. Es posible reforzar cada estación, pero ¿quién va a pagar 10 dólares por un pasaje?, porque el costo pasaría al pasajero”.
En esencia, como no es posible colocar un policía en cada vagón y en cada estación, parra Harvin “habrá que invertir en alguna tecnología”.
“Es muy complejo, pero todos van a tener que conversar sobre esto, porque lo que existe actualmente no cumple su objetivo”, agregó.
Voz de América