El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, juzgó el lunes como «creíbles» las informaciones de que Rusia «roba» las exportaciones de cereales ucranianos, bloqueadas debido al conflicto, «para venderlas a beneficio propio».
«Hay reportes creíbles (…) de que Rusia está robando las exportaciones de cereales de Ucrania para venderlas a beneficio propio», dijo Blinken en una conferencia de prensa virtual sobre la inseguridad alimentaria.
Moscú está «acaparando sus propias exportaciones de alimentos también», lo que está disparando los precios de trigo y otros cereales en el mundo y hace temer una escasez, añadió Blinken.
El secretario de Estado dijo que Rusia bloquea la salida de cargueros con cereales del puerto de Odessa en el mar Negro y acusó al presidente ruso Vladimir Putin de «chantaje» al buscar con esto un retiro de sanciones internacionales por la invasión a Ucrania.
«Un bloque naval ruso en el mar Negro impide que la cosecha ucraniana sea encaminada a sus destinos normales», dijo.
«Todo esto es deliberado».
El New York Times había reportado de la advertencia que Washington le hizo a mediados de mayo a 14 países, principalmente en África, de que cargueros rusos transportaban «cereales ucranianos robados».
Antony Blinken hizo referencia a este artículo del diario estadounidense, sin confirmar sin embargo de forma directa la alerta emitida a los países africanos.
El embajador de Ucrania en Ankara había acusado el viernes a Rusia de «robar» y de exportar cereales ucranianos, en especial hacia Turquía.
Por su parte el presidente de Ucrania Volodimir Zelenski aseguró el lunes que entre 20 millones y 25 millones de toneladas de cereales estaban bloqueadas debido a la guerra, un volumen que podría triplicarse de aquí al próximo otoño boreal.
«Necesitamos corredores marítimos y lo discutimos con Turquía y con el Reino Unido», así como con la ONU, afirmó.
Rusia y Ucrania, dos superpotencias cerealeras, producen el 30% de las exportaciones mundiales de trigo. La guerra que inició el 24 de febrero ha provocado una escalada de los precios de los cereales y de los aceites derivados, superando los precios alcanzados durante la «primavera árabe» en 2011 y los de la crisis alimentaria en 2008.
AFP.