Los dirigentes de las principales potencias de la Unión Europea (UE) respaldaron en Kyiv la candidatura de Ucrania al bloque, en una clara muestra de apoyo a este país confrontado a la invasión rusa.
El presidente francés, Emmanuel Macron, y los jefes de gobierno de Alemania, Olaf Scholz, e Italia, Mario Draghi, llegaron a Kyiv en tren, en la primera visita que realizan a Ucrania desde el inicio de la guerra el 24 de febrero.
Los tres dirigentes, a los que se unió el presidente rumano Klaus Iohannis, visitaron una de las localidades de la periferia de Kyiv devastada por los bombardeos y luego se reunieron con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
«Los cuatro apoyamos el estatuto de candidato inmediato» de Ucrania para la adhesión al bloque, declaró Macron en una rueda de prensa.
«El mensaje más importante de nuestra visita es que Italia quiere que Ucrania sea parte de la UE», añadió Draghi. Ucrania «pertenece a la familia europea», coincidió Scholz.
Por su parte, Zelenski afirmó que su país estaba «decidido a trabajar» para convertirse en miembro de la UE.
Los Veintisiete decidirán en una cumbre el 23 y el 24 de junio si aceptan a Ucrania como candidato oficial a la adhesión, dando inicio a un proceso que puede durar años. La Comisión Europea (ejecutivo de la UE) deberá dar a conocer su posición el viernes.
– «Armas pesadas» –
Después de cerca de cuatro meses de guerra, el presidente ucraniano defendió que las conversaciones de paz se estancaron «exclusivamente por la posición de Rusia» y dudó de la utilidad de dialogar con el presidente Vladimir Putin como ha hecho en ocasiones Emmanuel Macron.
«No estoy seguro de que exista la posibilidad de que el presidente de la Federación de Rusia esté dispuesto a oír», dijo Zelenski.
Macron, recientemente criticado por haber instado a «no humillar a Rusia», defendió que en algunas cuestiones «es necesario hablar» con Moscú y tratar de presionar para reanudar las negociaciones, aunque aseguró que Ucrania siempre tendrá la última palabra al respecto.
Durante la visita, Zelenski insistió en el pedido de ayuda militar a sus aliados. «Esperamos nuevas entregas, sobre todo de armas pesadas, artillería moderna, sistemas de defensa antiaéreos», dijo.
«Cada entrega salva a ucranianos. Cada día en que se retrasan o posponen decisiones son una oportunidad para que el ejército ruso mate a ucranianos o arruine nuestras ciudades», añadió.
Criticado frecuentemente por su lentitud en estos envíos, Scholz aseguró que Alemania «apoya a Ucrania con la entrega de armas» y lo seguirá haciendo «durante el tiempo que sea necesario».
De su parte, Macron anunció el envío de seis cañones César adicionales. Kyiv ya cuenta con 12 armas de este tipo. «Ucrania tiene que poder resistir y ganar», subrayó.
Estados Unidos anunció el miércoles un nuevo paquete de ayuda militar valorado en 1.000 millones de dólares que incluirá artillería, sistemas de defensa antinavíos, municiones y sistemas avanzados de misiles.
Pero el Kremlin no da señales de amilanarse ante esos anuncios. Suministrar armas a Ucrania «es totalmente fútil y solo ocasionará más perjuicios al país», dijo el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
– «Reconstruiremos todo» –
Los dirigentes europeos visitaron la asolada ciudad de Irpin, caminando entre edificios destruidos y coches calcinados.
«Reconstruiremos todo», declaró Draghi. «Destruyeron jardines de infancia, patios de recreo. Todo será reconstruido», prometió.
Cientos de civiles murieron en Irpin, Bucha y Borodianka, en la periferia de Kyiv, durante la ocupación rusa en marzo. Organizaciones internacionales buscan determinar quiénes son los culpables de estas muertes, que Kyiv atribuye a las fuerzas rusas que ocuparon la zona.
La visita de los dirigentes europeos se produce en momentos en que las tropas rusas estrechan el cerco en la cuenca minera del Donbás, formada por las regiones de Lugansk y Donetsk y controlada parcialmente por separatistas prorrusos desde 2014.
Tras desistir de la toma de Kyiv en marzo, Moscú pretende conquistar toda esta zona y concentra sus tropas en Severodonetsk y Lysychansk, dos ciudades vecinas claves en esta ofensiva.
«Cada día es más difícil, los rusos traen más y más armas a la ciudad e intentan atacar desde varias direcciones», declaró Oleksander Striuk, alcalde de Severodonetsk.
Parte de los efectivos ucranianos en la ciudad se han atrincherado en la fábrica química de Azot, junto a unos 500 civiles refugiados en su interior, según Striuk.
– Gas y trigo –
En el ámbito económico, el gigante ruso Gazprom siguió recortando el volumen de sus entregas a Europa, en respuesta a las sanciones internacionales contra Moscú.
«Es nuestro producto, son nuestras reglas», dijo el dirigente de Gazprom Alexei Miller.
Rusia encontró también un arma de presión en el precio de los alimentos, que se ha encarecido por la imposibilidad de exportar la enorme producción de trigo de Ucrania, cuyos puertos están bloqueados desde el inicio de la guerra.
«No se deberían utilizar los alimentos como armas», dijo el secretario estadounidense de Agricultura, Tom Vilsack. Rusia «debería actuar inmediatamente para abrir esos puertos y terminar esta guerra», añadió.
Desde hace semanas, la ONU negocia con Rusia, Ucrania y Turquía un acuerdo que permita que los cereales ucranianos puedan salir del país y que los fertilizantes rusos vuelvan al mercado internacional.
AFP.