Los franceses votaban este domingo para decidir si facilitan el segundo mandato del presidente centrista Emmanuel Macron con una nueva mayoría absoluta de diputados, al término de varios meses de maratón electoral.
Los colegios electorales abrieron a las 08H00 (06H00 GMT) y cerrarán a las 18H00, salvo en las grandes ciudades donde se votará hasta las 20H00. Los resultados se conocerán a partir de las 20H00.
En total 48,7 millones de franceses están inscriptos en el padrón electoral, pero muy probablemente la abstención supere el 50%, como ya sucedió en la primera vuelta.
Sin embargo, al mediodía, la participación era de 18,99%, en leve alza con relación al 18,43% de la primera vuelta.
El resultado de la segunda vuelta de las elecciones legislativas es clave para que Macron, reelegido el 24 de abril por cinco años más, pueda aplicar su programa reformista de corte liberal, como el retraso de la edad jubilación de 62 a 65 años.
Su principal rival es la Nueva Unión Popular, Ecológica y Social (Nupes), el primer frente de izquierdas en 25 años que reúne a la izquierda radical, ecologistas, comunistas y socialistas. Su líder es el veterano político Jean-Luc Mélenchon.
La izquierda planteó los comicios como una «tercera vuelta» de la presidencial, al considerar que los franceses votaron en el balotaje por el centrista para impedir la llegada al poder de su rival ultraderechista Marine Le Pen, y no por sus ideas.
Su objetivo es arrebatar la mayoría a Macron y obligarlo a nombrar primer ministro a Mélenchon. La Nupes busca con esa «cohabitación» frenar el programa del presidente y aplicar el suyo, como el alza del salario mínimo a 1.500 euros netos por mes.
Los últimos sondeos, sin embargo, descartan ese último escenario, pero auguran que la alianza de centro ¡Juntos! de Macron podría perder la mayoría absoluta en el Parlamento, obligándolo a buscar aliados para sacar adelante sus reformas.
¡Juntos! lograría entre 255 y 305 diputados, seguido de la Nupes (140 a 200), el partido de derecha Los Republicanos y sus aliados UDI (50 a 80) y la Agrupación Nacional (RN, ultraderecha) de Le Pen (20 a 50). La mayoría se sitúa en 289.
La jornada electoral comenzó mal para el campo presidencial ya que en la isla de Guadalupe, en las Antillas francesas, la secretaria de estado para el Mar, Justine Benin, fue derrotada por un candidato de izquierda y deberá renunciar al gobierno.
En los territorios de ultramar, la izquierda obtuvo al menos ocho diputados.
La abstención se anuncia determinante, máxime cuando menos de la mitad de los electores votaron en la primera vuelta de las legislativas celebrada la semana pasada. La tendencia debería confirmarse este domingo.
«No espero absolutamente nada de los políticos, porque ya no confío en ellos. Nos han tomado el pelo», dijo el sábado a la AFP Marie-Olga, al acudir a votar por «deber» cívico en la isla caribeña de Martinica.
– «Mayoría sólida» –
La votación del domingo cierra un ciclo de comicios crucial para el rumbo de Francia los próximos cinco años. La próxima cita electoral será las elecciones al Parlamento Europeo en 2024, dos años en que los partidos podrán asentar la recomposición en curso.
La irrupción del centrista Macron en 2017 sacudió el tablero político francés, que ahora se divide en tres bloques principales –izquierda radical, centro y extrema derecha–, dejando de un lado a los partidos tradicionales de gobierno.
Tras la debacle en la presidencial, el Partido Socialista (PS) decidió unirse al frente liderado por Mélenchon, pese al descontento de su exlíderes, y Los Republicanos, debilitados, esperan ser claves para tejer mayorías con Macron en el Parlamento.
El partido ultraderechista de Le Pen ya avanzó, en cambio, su deseo de hacer una oposición firme al presidente y, para ello, podría lograr formar grupo parlamentario propio por primera vez desde 1986, según los sondeos, ganando así peso.
Aunque la negociación es habitual en la mayoría de democracias a falta de una mayoría estable en el Parlamento, la adopción de leyes se convertiría en un quebradero de cabeza para el oficialismo en Francia, acostumbrado a sacar la apisonadora.
En la recta final de la campaña, la alianza de Macron advirtió del caos que supondría tener que gobernar con mayoría simple y, sobre todo, del «peligro» que supondría la llegada del frente de izquierdas al poder.
A su regreso de un viaje a Ucrania, Emmanuel Macron abogó por una «Francia realmente europea», tras acusar a sus adversarios de la Nupes de querer abandonar la Unión Europea (UE) –algo que niegan–, y reclamó una «mayoría sólida».
Los franceses deben votar por el candidato de su circunscripción –577 en total–, en un sistema uninominal a dos vueltas que vuelve difíciles las proyecciones. En la primera vuelta, un diputado de ¡Juntos! y 4 de la Nupes lograron ya sus escaños.
Para los miembros del gobierno francés que optan a un escaño, entre ellos la primera ministra Élisabeth Borne, los comicios representan un doble reto, porque deberán dimitir si pierden, según una regla no escrita.
AFP