«No soy un asesino». El juicio de los atentados yihadistas de noviembre de 2015 en París terminó este lunes con las últimas palabras de Salah Abdeslam y otros acusados, tras casi 10 meses de proceso. El veredicto se espera miércoles.
La sala del Palacio de Justicia de París estaba abarrotada en este 148º y último día de juicio «histórico» para escuchar a los 14 acusados presentes. Abdeslam, el último en levantarse, quiso primero dirigirse a las víctimas.
«Le presenté mis disculpas. Algunos les dirán que no son sinceras, que es una estrategia (…) como si las disculpas pudieran ser insinceras ante tanto sufrimiento», dijo el único miembro con vida de los comandos que mataron a 130 personas el 13 de noviembre de 2015.
Adeslam enfrenta la mayor pena prevista en el Código Penal, la cadena perpetua sin libertad condicional, a pedido de la acusación. Para su defensa, es una «pena de muerte social» para el francés de 32 años que renunció a hacerse explotar la noche del ataque.
«La opinión pública piensa que yo estaba en las terrazas, disparando a la gente, que estaba en el Bataclan. Ustedes saben que la verdad está en el sentido contrario», afirmó, tras considerar la «cadena perpetua» a la altura «de los hechos», pero no de los «hombres en el banquillo».
El principal acusado, detenido en Bélgica el 18 de marzo de 2016, cuatro días antes de los ataques en el metro y aeropuerto de Bruselas (32 muertos), reconoció «errores» durante su vida. «Pero no soy un asesino y si me condenan por asesinatos, cometerían una injusticia», agregó.
– Arrepentimientos, disculpas, condolencias –
La mayoría de los otros 13 acusados presentes –seis son juzgados en rebeldía– reiteraron sus «arrepentimientos» o «disculpas», e incluso algunos expresaron sus «condolencias», a las víctimas, y dieron las gracias a sus abogados. Muchos dijeron «confiar en la justicia».
«No soy un terrorista», dijo Abdellah Chouaa, un belga-marroquí de 41 años que comparece libre por haber recuperado a Mohamed Abrini –«el hombre del sombrero» de los atentados de Bruselas–, a su regreso de Siria. «Has destruido mi vida», le espetó entre sollozos.
Abrini, a quien la fiscalía pidió cadena perpetua con 22 años de obligado cumplimiento, confesó que lo ocurrido es «repugnante». «De alguna manera, podría haber evitado esto», que «no debería haber ocurrido nunca», agregó.
Como otros acusados, este amigo de infancia de Abdeslam deseó que los supervivientes y los allegados de las víctimas puedan algún día «reconstruirse» y «pasar página».
Al reafirmar su compasión por las víctimas, el tunecino Sofien Ayari dijo temer que la decisión ya esté tomada, como si no hubiera «nada que comprender» de «fanáticos» en el banquillo. Osama Krayem fue el único que no tomó la palabra.
Las penas reclamadas contra los 20 acusados van desde los 5 años de prisión hasta la cadena perpetua sin libertad condicional para Abdeslam y dos ex altos cargos del grupo Estado Islámico, que se dan por muertos en la zona de Siria e Irak.
«La audiencia se suspendió y retomará normalmente el miércoles 29 de junio de 2022 a partir de las 17H00 (15H00 GMT)», cuando se espera el veredicto en el caso del peor ataque en París desde la Segunda Guerra Mundial, anunció el presidente del tribunal Jean-Louis Périès.
El atentado en la capital y en el Stade de France en Saint-Denis se produjo en un contexto de ataques en Europa, mientras una coalición internacional luchaba contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria e Irak. Miles de sirios llegaban a su vez a suelo europeo huyendo de la guerra en su país.
AFP