Las gigantescas secuoyas del Parque Nacional Yosemite en California están casi fuera de peligro porque las llamas de un incendio forestal se alejaron en otra dirección, de acuerdo con las autoridades a cargo de las operaciones.
«El peligro esencialmente se ha ido», dijo a la AFP Stanley Bercovitz, del servicio forestal de Estados Unidos.
Más de 1.000 bomberos trabajan para controlar las llamas del incendio Washburn que comenzó hace una semana en uno de los senderos de la arboleda Mariposa en Yosemite, que alberga unas 500 secuoyas adultas.
El fuego ganó tamaño en los últimos días gracias a las condiciones climáticas, con altas temperaturas y sequía, carbonizando más de 1.700 hectáreas pero sin impactar los gigantes del Yosemite.
«Actualmente ninguna [de las secuoyas] ha muerto», informó Bercovitz. «Nunca se sabe más adelante. En dos años, tal vez las hojas de los más jóvenes comiencen a teñirse de amarillo», agregó.
Las secuoyas son los árboles más grandes del mundo y sus parientes, las secuoyas rojas de California, son los más altos -llegan a medir hasta 100 metros – pero no son tan anchos.
Las autoridades han desplegado helicópteros y tanques, además de rociadores y equipos de acción de contingencia, en el contorno del área afectada bajo las llamas, un trabajo que incluye la remoción de material combustible como hojas y ramas para evitar la expansión del fuego que está controlado en un 23%.
Bercovitz explicó que las llamas avanzan hacia el norte, sin embargo alertó que las secuoyas de Yosemite no están completamente fuera de peligro. «Aunque el fuego no esté 100% controlado, la amenaza permanece. Pero está bastante reducido y ardiendo lejos [de las secuoyas]».
Las autoridades afirman que la práctica de incendios preventivos ha ayudado en la protección del bosque.
«La arboleda Mariposa con las secuoyas gigantes se ha visto mínimamente impactada por los incendios debido al histórico de quema prescrita y la acción proactiva», explicó el servicio de bomberos en su página de Facebook.
Durante sus longevos ciclos de vida, estos árboles soportan varios incendios, que se convierten en sus aliados para reproducirse. El calor abre las cortezas, desde donde brotan miles de semillas.
Pero los incendios descontrolados pueden afectarlos, incluso de forma irreparable. Unos 10.000 de estos árboles, alrededor del 14% de los ejemplares que hay en el mundo, murieron por el fuego en 2020.
El año pasado, unas 3.630 secuoyas ardieron durante otro gran incendio forestal en California.
California y otras partes del oeste de Estados Unidos atraviesan una dura sequía desde hace años, provocada en parte por el cambio climático resultante de la acción humana y la quema indiscriminada de combustibles fósiles.
AFP