Andrew Redmayne se volvió a convertir en el héroe de su equipo como lo fue durante la tanda de penales frente a Perú en el repechaje que otorgaba el penúltimo lugar para el Mundial de Qatar 2022. Allí, el australiano, que ingresó directamente para la definiciones desde los 12 pasos y se destacó por su particular baile antes de cada ejecución de sus rivales.
Éste domingo sucedió algo similar cuando su equipo, el Sydney FC, igualaba ante el Central Coast 3-3 por los 32avos de la Copa de Australia. En la tanda de penales, el arquero de 33 años se lució desde la primera ejecución en los pies de Jasson Cummings.
La cámara de la transmisión oficial capturó todo el momento previo al disparo. Desde el punto de penal, el delantero extendió los brazos incentivándolo a que bailara como lo hizo en el partido contra los sudamericanos.
Redmayne le hizo caso y comenzó a bailar sobre la línea, antes de balancearse de un lado a otro para decantarse por el palo derecho, en donde finalmente también pateó su rival.Sin embargo, el hecho no quedó solo en eso ya que, después de festejar con los fanáticos del Sydney que acudieron al Leichhardt Oval, el histriónico arquero corrió hacia Cummings y se burló en su cara por haber malogrado el primer tiro para su equipo.
Andrew Redmayne, el arquero bailarín de Australia 🇦🇺, lo hizo de nuevo. Fue en la Copa de ese país. Su equipo, Sydney, pasó de ronda.pic.twitter.com/aoQYh6wcQf
— VarskySports (@VarskySports) July 31, 2022
La tanda continuó y, pese a que no pudo atajar otro, de los cuatro que le ejecutaron en tres escogió el lugar correcto para tirarse. Finalmente Connor O’Toole le dio la victoria al Sydney FC tras convertir su penal y el equipo capitalino accedió a la siguiente ronda (3-1 en los penales).
“Es una manera de que el rival no sepa a dónde me voy a tirar y además quiero que se pongan nerviosos, que el arco les resulte más chico de lo que realmente es. No siempre me da resultado, pero esta vez me permitió atajar dos remates”, explicó en 2019, cuando usando esa misma técnica fue la figura en la definición del título que su equipo, el Sydney FC, le ganó por 4-1 en los penales a Perth Glory por la final de la liga del fútbol australiano.
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