El sociólogo y escritor venezolano, Tulio Hernández, afirmó que el libertador Simón Bolívar genera un «hechizo fetichista en América Latina», y así quedó evidenciado el domingo en la toma de posesión de Gustavo Petro.
Hernández señaló que Hugo Chávez había caído en ese «hechizo», y ahora cayeron Iván Duque y Gustavo Petro, quien una vez juramentado le ordenó a Casa Militar que llevara la espada de Bolívar a la ceremonia pese a que el presidente saliente no había permitido que se movilizara. «Los dos están hechizados por un objeto que es casi religioso», comentó en el programa Aló Buenas Noches con Carla Angola.
A su parecer, este «hechizo fetichista» se convirtió en la gran noticia de un acto de toma de posesión que tuvo que haber tenido otras características. «Me seduce y me fascina, y a la vez me parece triste que 200 años después un continente siga enamorado de una especie de superchería en torno a una persona que se supone es el padre de la patria», expresó.
Para el escritor venezolano, hay muchas diferencias entre el chavismo y lo que podría ser el gobierno de Petro; la primera diferencia es que el nuevo jefe de Estado colombiano no es militar como sí lo fue Chávez, la segunda es el Estado colombiano no es más poderoso que la sociedad y la tercera es que «no hay el culto a un hombre como Bolívar, aunque Petro lo haya traído».
El culto a Bolívar, en su opinión, marca la cultura política venezolana de una manera muy terrible y mencionó que desde la moneda hasta la avenida más importante del país, se llama Bolívar.
Al preguntarle por la participación de Petro en supuestos ritos de brujería, prefirió no opinar porque vive en Colombia y afirmó que actualmente los venezolanos que residen en el vecino país, tienen «mucho miedo y mucha incertidumbre», sobre todo los exiliados políticos.
«En este momento no sabemos qué va a pasar con nosotros en lo que viene (…) Yo quisiera que Colombia, que ha sido un país generoso, amable y nos ha tratado bien tanto en el gobierno de Juan Manuel Santos como en el de Duque (…) Yo quisiera que no nos echaran, que no nos maltrataran, que no se trajera al Sebin y al G2», manifestó.