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EE.UU

La congresista Cheney hace campaña bajo la sombra de Trump en el país de los vaqueros

En Wyoming, Donald Trump sigue siendo el rey. Por haberse atrevido a desafiarlo, su compañera republicana Liz Cheney, prominente congresista de este estado conservador del oeste estadounidense, enfrenta una delicada campaña de reelección.

«El tiempo de Cheney ha concluido», dice Mike Schaefer, de 37 años, habitante de la capital, Cheyenne, a quien le molesta que esté «tan en contra de Trump».

En Washington, la congresista codirige un comité de la Cámara de Representantes que investiga el papel de Trump en el violento ataque de sus seguidores al Capitolio estadounidense el 6 de enero de 2021.

De tono marcial, la congresista ha trabajado durante más de un año para desmantelar la teoría promovida por Trump y sus aliados de que la elección de 2020 le fue «robada» y que millones de sus seguidores aún creen, pese a evidencias que demuestran lo contrario.

«Estados Unidos no podrá seguir libre si abandonamos la verdad», declaró Cheney, quien prometió hacer todo lo posible para asegurarse de que Trump nunca más vuelva a la Casa Blanca.

El martes espera ser reelegida en Wyoming, donde más de 70% de los votantes favorecieron a Trump contra el demócrata Joe Biden en la última elección presidencial.

En represalia por su papel en la investigación de la comisión de la Cámara de Representantes, Trump ha descargado su furia contra ella.

Y el expresidente no se anda con rodeos, llamándola «desleal» y «belicista», mientras apoya con todo su peso a su oponente, Harriet Hageman, una abogada de 59 años con la que hizo compaña en mayo.

 

– Campaña en la sombra –

 

No importa que Cheney, hija del ex vicepresidente Dick Cheney y vástago de la derecha tradicional sea proarmas o antiaborto. En Wyoming, el estado menos poblado de Estados Unidos, no dispone de una base sólida.

Su participación en la investigación sobre Trump y su entorno le valió amenazas de muerte, por lo que ahora viaja con escolta policial.

La rubia de 56 años es tratada como paria por el Partido Republicano de Wyoming, cuyo presidente participó en las protestas el día del asalto al Capitolio.

«Liz representa a los electores que están en su cabeza, y no son los electores de Wyoming», afirmó Mary Martin, presidenta del Partido Republicano en el condado de Teton, la base de Cheney en Wyoming.

En su estado, el primero en otorgar el derecho de voto a las mujeres en 1869, como lo recuerda un mural en el centro de Cheyenne, la congresista ha sido forzada a llevar a cabo un especia de campaña en la sombra, sin mítines electorales ni eventos públicos.

 

 

– «Ética vaquera» –

 

Recientes encuestas la ponen hasta 20 o 30 puntos por detrás de su competidora trumpista, quien creció en un rancho y personifica, según Martin, «la ética vaquera de Wyoming»: es «trabajadora», «honesta» y comprometida con «nuestros recursos y tierras».

Apoyado en una imponente motocicleta roja, Bill Gonzales, de 59 años, es uno de los pocos votantes con los que se encontró la AFP que defiende a Cheney. Afirma que «ha defendido lo que es correcto» para el país.

«Vivimos en los Estados Unidos de América. Nuestras elecciones son seguras. Nuestras elecciones son justas. Y cualquiera que diga que no lo son está mintiendo, pura y llanamente», declara este funcionario del gobierno local, miembro del Partido Republicano y habitante de vieja data de Cheyenne.

«Si la señora Cheney gana, le garantizo que un cierto número de personas van a decir que la elección fue amañada». «Y no, no lo está», sentencia.

AFP