En la oscura trama que envuelve al avión de Emtrasur y a los 19 tripulantes de venezolanos e iraníes aparece una relación con el crimen organizado en la triple frontera, donde en Ciudad del Este quienes llegaron en la aeronave tuvieron contacto con un miembro del grupo narco que comanda el uruguayo Sebastián Marset –actualmente prófugo-, quien domina el tráfico de drogas en la hidrovía y está acusado de ser quien encargó el crimen en Colombia del fiscal paraguayo Marcelo Pecci el 10 de mayo pasado, tres días antes de que aterrizara la aeronave con los tripulantes iraníes y venezolanos en la ciudad paraguaya de la triple frontera.
El avión venezolano iraní, que fue “incautado” en Argentina por el juez Federico Villena por pedido de la justicia de Estados Unidos, había hecho una parada previa en Paraguay, entre el 13 y el 16 de mayo. El gobierno de Paraguay sostiene que los 19 tripulantes del avión fueron trasladados en Ciudad del Este, en la zona de la Triple Frontera, por el uruguayo Federico Santoro Vasallo, un hombre que pertenece –según informes oficiales- a una organización narco internacional que domina el tráfico de cocaína de la hidrovía, como reveló LA NACION el 16 de junio pasado.
Esa organización criminal, que está acusada
de realizar los contrabandos de droga con destino a Europa más grandes de la historia (por más de 40 toneladas de cocaína), está liderada por Sebastián Marset, un empresario narco que está prófugo, tras huir de Asunción a Dubai, cuando se habría enterado que estaba por ser detenido. En ese país se habría realizado a principios de mayo una especie de convención narco del Mercosur.
Marset, la cabeza del Primer Comando Uruguayo (PCU), con lazos con el Primer Comando Capital brasileño, está acusado por el Ministerio Público de Colombia de encargar el asesinato en la isla de Barú, en Cartagena, del fiscal Pecci, quien fue ejecutado durante su luna de miel el 10 de mayo pasado.
Según información de la Fiscalía Anticorrupción de Paraguay, este hombre de nacionalidad uruguaya fue quien se encargó de los traslados y el alojamiento de la tripulación iraní, que se hospedó en el hotel Dazzler de Ciudad del Este. El avión aterrizó el 13 de mayo en el aeropuerto de Ciudad del Este y se quedó allí durante tres días. El 16 de mayo voló hacia Aruba con un cargamento de cigarrillos valuado en 755.000 dólares.
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