Las huelgas por mejoras salariales se han multiplicado este verano boreal en Reino Unido y se esperan nuevos paros a fines de agosto, ante una inflación disparada y un poder adquisitivo que se derrumba.
Los sindicatos británicos RMT, TSSA y Unite convocaron a un nuevo paro de empleados ferroviarios para este jueves y el sábado. El movimiento, que involucra a decenas de miles de trabajadores, se inició en junio y constituye la mayor huelga en ese sector en los últimos treinta años.
En este período de vacaciones escolares, Network Rail, el administrador público de la red ferroviaria, advirtió que solo circularía un tren de cada cinco e instó a los británicos a “utilizar los trenes únicamente si es absolutamente necesario”.
El viernes, el conjunto de la red de transportes de Londres estará casi paralizado y seguirá perturbada todo el fin de semana.
El domingo, los estibadores del puerto de Felixstowe (este de Inglaterra), el mayor de carga en el país, iniciarán una huelga de ocho días, amenazando con detener gran parte del tráfico de mercancías.
En todas partes, la consigna es la misma: los trabajadores reclaman alzas de salarios correspondientes a la inflación, que llegó en julio al 10,1% en doce meses y podría superar el 13% en octubre, según las previsiones del Banco de Inglaterra.
El poder adquisitivo se ve corroído a velocidad récord por las subidas de los precios, lo cual “demuestra la necesidad vital (…) de defender el valor de los sueldos”, afirma en un comunicado Sharon Graham, secretaria general de Unite, uno de los principales sindicatos del país.
Convocados por el gremio sectorial CWU, más de 115.000 empleados de correos han previsto cuatro días de huelga entre fin de agosto y principios de septiembre, en tanto que 40.000 trabajadores del operador de telecomunicaciones BT harán su primer paro en 35 años.
Acciones similares están previstas o se han producido en los depósitos de Amazon, entre abogados penalistas o entre los recogedores de basura.
“Las empresas hacen lo posible para ayudar a su personal a superar este período”, aseguró el martes el sindicato de la patronal CBI. “Pero una gran mayoría no puede permitirse aumentar suficientemente los sueldos para compensar la inflación, agregó.
Algunas huelgas se han podido evitar de último momento gracias a ofertas de remuneración consideradas satisfactorias.
Los empleados de una empresa de suministro de carburante en el aeropuerto internacional de Heathrow, en Londres, que amenazaban con perturbar el tráfico, desistieron finalmente de la huelga.
El personal de tierra de British Airways, que pedía como mínimo el restablecimiento de los salarios amputados un 10% durante la pandemia, aceptaron un alza del 13% y renunciaron al paro.
Los ferroviarios mantienen en cambio su huelga, ya que las negociaciones con multitud de operadores privados están en un callejón sin salida.
Propuestas “miserables”
Los sindicatos también denuncian la decisión del gobierno de modificar la ley para permitir el recurso a trabajadores interinos en reemplazo de los huelguistas.
La célebre gran tienda de lujo londinense Harrods ha sido la “primera empresa en amenazar a su personal” con recurrir a esta ley, en plena votación del personal sobre una propuesta de huelga, según Unite.
Estos movimientos sociales podrían durar más allá del verano y extenderse a los funcionarios de la educación y de la salud, donde los sindicatos han calificado de “miserables” las ofertas de aumentos salariales de un 4%.
AFP