Tropas rusas y ucranianas libraban el martes intensos combates en la región meridional de Jersón, en medio de la contraofensiva de Kiev para recuperar zonas ocupadas por Moscú, indicó la presidencia del país.
«Durante todo el día (lunes) y toda la noche se produjeron potentes explosiones en la región de Jersón. Se están produciendo intensos combates en casi todo el territorio de la región», dijo la presidencia ucraniana en su informe matutino.
«Las fuerzas armadas ucranianas lanzaron acciones ofensivas en varias direcciones», agregó.
Según este informe, sus fuerzas destruyeron «cierto número de depósito de municiones» y «todos los grandes puentes» que permiten a los vehículos atravesar el rio Dniépr.
Ubicada a orillas del mar Negro, la mayoría de la región de Jersón y su capital homónima fueron capturadas al principio de la guerra por las tropas rusas, que avanzaron desde la vecina península de Crimea, anexada por Moscú en 2014.
Con la guerra en la región oriental del Donbás estancada, los analistas previeron durante semanas que los combates podían trasladarse al sur para romper este punto muerto antes de la llegada del invierno.
En la víspera, las autoridades locales y el ejército ucraniano anunciaron esta contraofensiva, especialmente con el objetivo de retomar la ciudad de Jersón, que tenía 280.000 habitantes antes del conflicto.
En su discurso nocturno, el presidente Volodimir Zelenski evitó dar detalles sobre esta maniobra, pero se mostró desafiante ante Moscú.
«Los ocupantes deberían saber que los vamos a empujar hasta su frontera (…) Si quieren sobrevivir, es el momento de que el ejército ruso huya. Id a casa», aseguró.
– Bombardeos en Járkov –
En la madrugada del martes, el comando «Sur» del ejército ucraniano señaló en Facebook que la situación era «tensa» en su zona de acción. «El enemigo atacó nuestras posiciones en cinco ocasiones, pero todas fueron un fracaso», aseguró.
También informó de «un bombardeo masivo durante la jornada» en la ciudad de Mikolaiv, a 60 km de Jersón y controlada por Kiev, que provocó dos muertos, 24 heridos y daños «importantes» en edificios e infraestructuras.
Desde Rusia, el ministerio de Defensa dijo el lunes que la contraofensiva de Ucrania había «fracasado estrepitosamente» y había resultado en «fuertes pérdidas» para las tropas de Kiev.
Los bombardeos rusos continuaron en el resto de la línea del frente, que se extiende de norte a sur.
En la segunda ciudad ucraniana, Járkov (noreste), el alcalde Igor Terekhov denunció un bombardeo el martes en su centro urbano que mató a cinco personas e hirió a siete.
El gobernador regional, Oleg Sinegubov, ofreció un saldo algo interior de cuatro muertos y cuatro heridos.
«Los ocupantes rusos bombardearon los distritos centrales de Járkov», dijo en Telegram, pidiendo a la población que se quede «dentro de los refugios».
Por otro lado, el gobernador de la región de Zaporiyia (sur), Oleksandr Starukh, dijo el martes de madrugada que Rusia había lanzado un ataque con misiles contra la ciudad homónima que no dejé víctimas.
– Misión a Zaporiyia –
Esta región es desde hace semanas foco de tensiones y preocupaciones por los bombardeos sobre la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, de los que rusos y ucranianos se responsabilizan mutuamente.
El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) dijo el lunes que una misión de apoyo y asistencia estaba «en camino» a Zaporiyia y llegaría «esta semana».
El organismo de control nuclear de la ONU lleva meses pidiendo visitar el lugar, advirtiendo del «riesgo muy real de una catástrofe nuclear».
Acusada por Kiev de haber colocado unidades de artillería dentro de la central, Rusia juzgó «necesaria» esta inspección, dijo el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov.
Después de más de seis meses, el conflicto tiene repercusiones mundiales, especialmente en los mercados de energía y de alimentos.
En el plano energético, la suministradora francesa Engie anunció el martes que el gigante ruso Gazprom redujo todavía más sus entregas de gas alegando una discrepancia sobre los contratos, lo que puede contraer más el mercado europeo.
En el plano humanitario, la guerra entre dos grandes productores de cereales disparó los precios de los alimentos y hace temer por un aumento de la hambruna.
Para contrarrestar esto, la ONU y Turquía consiguieron cerrar un acuerdo entre Kiev y Moscú para permitir la exportación de cereales a través del mar Negro.
En virtud de este pacto, un buque fletado por el Programa Mundial de Alimentos llegó este martes a Yibuti con 23.000 toneladas de trigo de Ucrania para mitigar la sequía histórica que asola el Cuerno de África.
AFP