La unidad investiga del diario colombiano El Tiempo publicó este domingo una serie de evidencias que revelan los vínculos cercanos del régimen de Maduro con el Ejército de Liberación nacional (ELN), un grupo guerrillero de extrema izquierda.
Hace cuatro días, el gobierno de Nicolás Maduro y la cúpula del Eln salieron a desmentir que al menos 1.100 guerrilleros de esa organización se escondan en suelo venezolano.
Desde Caracas y La Habana también negaron que exista una alianza para apoyar militarmente al régimen a cambio de proteger a sus cabecillas, incluido alias Pablito, por quien el Gobierno de Colombia ofrece una recompensa de 1,3 millones de dólares.
Pero habitantes de al menos 39 municipios de los estados de Zulia, Táchira, Apure, Bolívar y Amazonas piensan todo lo contrario.
Testimnios revelan que al menos dos veces al mes, hombres de camuflado, con el brazalete del Eln y fusiles al hombro hacen presencia en esos lugares.
Según líderes de la región, reúnen a parte de la población en escuelas públicas rurales para repartirles cajas de comida las llamadas cajas Clap.
Pero esa no es la única colaboración estratégica que la subversión colombiana estaría prestando para el sostenimiento de la dictadura.
Reporteros El Tiempo revelaron que las jornadas también son utilizadas por el Eln –como lo hace en sus zonas de influencia en Colombia– para realizar adoctrinamiento político a los pobladores y a los menores de los cinco estados donde tienen carta blanca para repartir las Clap.
Existen imágenes que muestran a ‘elenos’ (hombres y mujeres) con el fusil terciado, realizando rondas con niños que –de acuerdo con lo que se aprecia– no superan los 15 años. Docentes rurales han narrado cómo aprovechan esas jornadas para entregar cartillas y revistas proselitistas.