Fuentes de inteligencia internacional captaron un llamado telefónico de Irán a Argentina. Las fuentes afirmaron que ocurrió esta semana y que fue una llamada del canciller Hossein Amir Abdollahian a su par, Santiago Cafiero.
¿El motivo? Reclamar una vez más que en forma «urgente» que Argentina libere a los cinco tripulantes persas del avión de la venezolana Emtrasur, que sigue retenido en Ezeiza con su tripulación y que suma catorce ciudadanos venezolanos.
En el Gobierno negaron tajantemente que existiera esa llamada, y por el contrario, aclararon que el canciller Abdollahian envió una nota escrita a Cafiero invocando los derechos humanos de los ciudadanos de su país.
El contenido de la carta no se ha divulgado. Pero este diario sabe que fue entregada por el encargado de negocios en Buenos Aires, Amir Houshang Karimi, al vicecanciller Pablo Tettamanti, y será respondida en las próximas horas con una descripción formal y diplomática de todos los compromisos internacionales a los que está adherida la Argentina en materia de derechos humanos. Negará que los derechos de los cinco ciudadanos persas estén siendo violados.
El Gobierno argentino ha intentado encapsular en la Justicia el episodio del avión venezolano iraní, opacado por otros hechos nacionales e internacionales de las últimas semanas.
Igualmente, fue el Ministerio de Justicia, el que siguió un pedido de gobierno de Estados Unidos para que el juez Federico Villena ordene el secuestro de la aeronave sujeta a sanciones en Washington. El juez también mantiene retenidos a todos los tripulantes más la prohibición de salida del país a los 19 integrantes de la aeronave. Había ordenado la liberación de algunos pero la fiscalía lo frenó. En especial, la Justicia puso el ojo en el piloto de la aeronave, Gholamresa Ghasemi, por sus presuntas posiciones de autoridad en las empresas iraníes que transfirieron la aeronave a Venezuela, y por sus presuntos vínculos con organizaciones iraníes calificadas como terroristas por los Estados Unidos y Europa.
Al parecer, el equipo diplomático de la Cancillería desaconsejó que Cafiero sostuviera una conversación telefónica con su colega de Irán. Otras fuentes consultadas señalaron que en el Gobierno y en la Justicia empieza a crecer el temor que los iraníes ejerzan algún tipo de «reciprocidad», o más bien venganza y que algún ciudadano argentino, turista o funcionario sea retenido en alguna ciudad vulnerable si no son liberados los que están retenidos en Ezeiza.
Con información de Clarín.