Un atacante suicida mató a al menos 19 personas al detonar una bomba este viernes por la mañana en un centro educativo de la capital afgana, Kabul, indicó la policía.
La explosión tuvo lugar en el barrio de Dasht-e-Barchi, en el oeste de Kabul, una zona predominantemente chiita y hogar de la minoría hazara, blanco de algunos de los atentados recientes más mortíferos de Afganistán.
«Los estudiantes se estaban preparando para un examen cuando un atacante suicida golpeó el centro educativo. Desgraciadamente, 19 personas han sido martirizadas y otras 27 heridas», dijo Zadran.
Videos colgados en redes sociales y las fotografías publicadas por medios locales muestran víctimas ensangrentadas que eran llevadas lejos del lugar.
El portavoz del Ministerio de Interior, Nafy Takor, tuiteó previamente que el ataque se había producido en el centro educativo Kaj, adonde se habían desplazado equipos de seguridad.
«La naturaleza del ataque y los detalles de las víctimas se publicarán más tarde», afirmó. «Atacar objetivos civiles demuestra la crueldad inhumana del enemigo y la falta de estándares morales», añadió.
– Retos de seguridad –
El regreso al poder de los talibanes a Afganistán puso fin a dos décadas de guerra en el país y provocó una notable reducción de la violencia, aunque los retos de seguridad siguen acechando al movimiento islamista.
Los chiitas hazaras arrastran décadas de persecución, también de los talibanes, acusados de atrocidades contra esta etnia en su primer periodo en el poder (1996-2001).
Ahora, los hazaras también son blanco recurrente de los ataques del principal enemigo talibán, el grupo islamista Estado Islámico (EI).
Ambos movimientos fundamentalistas los consideran herejes.
Este barrio del oeste de Kabul ha sido escenario de numerosos ataques, muchos contra niños, mujeres y escuelas.
En abril, dos explosiones en centros educativos de la zona mataron a seis personas e hirieron a 20.
El año pasado, antes del retorno talibán, al menos 85 personas murieron, la mayoría chicas estudiantes, y unas 300 resultaron heridas por tres bombas que estallaron cerca de su escuela en Dasht-e-Barchi.
Ningún grupo reivindicó el ataque, pero un año antes el EI había asumido un ataque suicida en un centro educativo de la zona que mató a 24 personas.
En mayo de 2020 también se responsabilizó al grupo por un ataque armado contra el departamento de maternidad de un hospital del barrio que mató a 25 personas, incluidas madres que acababan de dar a luz.
La educación es una cuestión muy sensible en Afganistán. Los talibanes no permiten la apertura de los colegios secundarios para chicas, mientras que el Estado Islámico se opone a cualquier formación para niñas y mujeres.
AFP.