El gobierno conservador de Liz Truss descartó el viernes llevar a cabo una campaña para que los británicos reduzcan su consumo de energía, pese a que un informe advirtió de que el Reino Unido puede sufrir apagones generalizados este invierno.
El jueves, un informe de National Grid, el operador de la red eléctrica británica, dio la señal de alerta al afirmar que, en un escenario extremo de insuficientes importaciones de gas, podrían producirse apagones puntuales este invierno.
Un día después, la palabra «apagón» apareció en las portadas de todos los diarios.
Sin embargo, preguntado por el canal Sky News sobre la necesidad de instar a los británicos a ahorrar energía, como prevé la mayoría de gobiernos europeos, el secretario de Estado para el Clima, Graham Stuart, aseguró que el gobierno «no envía ese mensaje».
El ejecutivo británico «no va a pedir a la gente que desenchufe cosas (…) cuando no supone ninguna diferencia para nuestra seguridad energética», agregó.
«Creemos que tenemos un suministro diverso y robusto en todos los escenarios más probables, estaremos bien, pero nos estamos preparando para todo», precisó.
Ante la perspectiva de un invierno complicado en el plano energético, muchos británicos se apresuran ya a comprar ropa interior térmica y gruesas mantas y pijamas.
Truss insistió el viernes en que el Reino Unido tiene «buen suministro de energía».
Sin embargo, la primera ministra, que desplegó un importante paquete financiero para ayudar a las familias a pagar unas disparadas facturas energéticas, no llegó a garantizar que no habrá apagones.
«Hemos tomado medidas decisivas para ayudar a los hogares y a las empresas con sus costes energéticos, y estamos trabajando para asegurarnos de que el Reino Unido no vuelva a estar en esta situación, atacando la causa de la crisis energética», tuiteó. «Eso significa producir más energía aquí».
Stuart no quiso confirmar ni desmentir informaciones de la prensa según las cuales se había preparado inicialmente una campaña de ahorro de energía, rechazada en el último momento por la primera ministra.
Truss afirma que no quiere un «Estado niñera» ni decirle a la gente lo que tiene que hacer, siguiendo la tradición más ultraliberal del Partido Conservador británico.
«Estamos en una buena posición en comparación con nuestros vecinos europeos. No dependemos del gas ruso. Casi la mitad de nuestro consumo de gas se produce en el Reino Unido», argumentó Stuart en Sky News.
Sin embargo, admitió que debido a la guerra en Ucrania y a las consiguientes limitaciones en el suministro de gas ruso, «este invierno comporta más riesgos que los anteriores».
Stuart también descartó la idea del racionamiento, en un Reino Unido todavía traumatizado por los recuerdos de los apagones y el racionamiento energético de los años 1970, tras la crisis del petróleo.
AFP