La Defensoría del Pueblo hizo este martes un fuerte llamado para atender la crisis humanitaria que se vive en los municipios de Necoclí (Antioquia) y Acandí (Chocó), por cuenta del aumento de población migrante y refugiada en tránsito que busca cruzar la frontera con Panamá a través del Tapón del Darién, una selva virgen de 575.00 hectáreas.
La selva del Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia, de 266 km, se ha convertido en un corredor para los migrantes irregulares que, provenientes de Sudamérica, tratan de cruzar América Central hacia Estados Unidos.
A Panamá acceden principalmente desde los municipios de Unguía y Acandí, en el departamento de Chocó, en el Caribe colombiano, desde donde llegan a Canaán Membrillo y Bajo Chiquito, en la selva panameña, en un trayecto que puede durar 10 días.
Cuando llegan a Panamá son trasladados a varios centros para atención a migrantes, instalados por el gobierno panameño y organismos internacionales, donde reciben servicios básicos, antes de seguir su periplo hacia la frontera con Costa Rica.
“Este año la crisis migratoria es mucho más grave que la registrada el año pasado. Primero porque la cantidad de personas en movilidad humana que han pasado hacia Panamá supera los 150.000 en comparación con los 134.000 migrantes en todo el 2021. Y la tendencia es a seguir aumentando. Y segundo porque las condiciones de vulnerabilidad económica son evidentes, ciudadanos que están más expuestos a ser utilizados por los grupos armados ilegales y las organizaciones criminales”, destacó Carlos Camargo.
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