El protagonista de «House of Cards», Kevin Spacey, aseguró este lunes en el tribunal de Manhattan donde se realiza el juicio civil por las acusaciones de abuso sexual denunciadas por el actor Anthony Rapp cuando éste era menor de edad, que «no son ciertas».
El protagonista de la serie «Star Trek: Discovery» le reclama 40 millones de dólares por «angustia emocional» por lo que supuestamente ocurrió en 1986, cuando tenía 14 años y el ganador de dos Oscar, 26.
«No recuerdo haber estado con él en ninguna fiesta privada ni tengo memoria de haber estado con él en un apartamento», como alega el denunciante, dijo al ser preguntado por su abogado.
Antes de sentarse a declarar este lunes, Spacey, de 63 años, obtuvo una victoria cuando el juez Lewis Kaplan desestimó como lo reclamaba la defensa de Rapp, de 50, de que se trató de un acto intencional que le causó angustia emocional.
En junio, el juez había desestimado la acusación de «agresión sexual», debido a hechos considerados prescritos y que no están contemplados por la Ley de Protección Infantil de Nueva York de 2019.
Ahora el jurado -seis hombres y seis mujeres- solo tendrá que pronunciarse sobre el reclamo de «daños y perjuicios». La defensa de Spacey ha asegurado a lo largo del juicio, iniciado el 6 de octubre, que «nunca ocurrió» nada.
En su denuncia de septiembre de 2020, Rapp aseguraba que Spacey lo invitó a su apartamento en Manhattan, donde lo levantó en brazos «como un novio a la novia para traspasar el umbral» de la puerta cuando estaba mirando la televisión, lo colocó en la cama y frotó su ingle contra él.
La defensa de Spacey ha intentado desmontar las alegaciones de Rapp, que ha incurrido en varias contradicciones sobre fechas y a lo largo de estos años intentó dar una versión en la que ocultó la presencia de su amigo John Barrowman en el primer encuentro con Kevin Spacey, que según éste, fue el único.
En el interrogatorio de este lunes, Spacey aseguró que había tratado de mantener su sexualidad y su vida en el ámbito de lo privado.
Describió a su padre como un «supremacista blanco» y un «neonazi», lo que hasta hoy nunca había dicho en público, a quien no le gustaban los homosexuales ni su interés por el teatro.
Al referirse a las acusaciones que Rapp hizo públicas en un artículo en 2017 en la revista Buzzfeed, Spacey seguró que se sintió «sorprendido, asustado y confuso» y aunque no tenía «idea de dónde había podido haber ocurrido» presentó una excusa pública por recomendación de sus asesores, lo que hoy lamenta.
«Aprendí la lección de pedir disculpas por algo que no has hecho», aseguró.
Tras tener su carrera como actor asentada y de llevar sopesando su salida del armario desde hacía más de un año, la publicación de 2017 le hizo admitir públicamente su tendencia sexual.
«Me acusaron de intentar cambiar de asunto, de intentar desviar la atención, o de que estaba confundiendo una acusación con ser gay, lo que nunca fue mi intención», dijo llorando, antes de agregar que «nunca hubiera hecho nada para herir a la comunidad gay» y pidió disculpas por ello: «Lo siento profundamente», dijo.
El juicio continuará este martes.
Kevin Spacey Fowler, de 63 años, ha desaparecido de las pantallas y los escenarios desde que fue uno de los primeros intérpretes arrastrados hace cinco años, en octubre de 2017, por la ola global del #Metoo, originada en Estados Unidos.
No es el primer problema que tiene Spacey con la justicia. En Londres se le juzga por agresiones sexuales contra tres hombres entre marzo de 2005 y abril de 2013, cuando era director de teatro, y de las que se declaró inocente en julio pasado.
AFP.