La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) apoya el retorno voluntario y seguro de las personas que quedaron bloqueados en la ruta que atraviesa Centroamérica tras el cierre de la frontera terrestre de Estados Unidos a los migrantes irregulares venezolanos.
“Algunos de ellos están considerando regresar por el Darién y eso es algo que hay que evitar absolutamente“, alertó el jefe de misión de la OIM en Panamá Giuseppe Loprete.
“Tenemos que coordinar las acciones en un cortísimo plazo porque es una crisis humanitaria, puede ser la vida o la muerte para muchos migrantes“, y en este contexto “el retorno voluntario es un tema clave”, afirmó.
Panamá es la puerta de entrada a Centroamérica desde el sur. Este año han llegado al país tras cruzar la selva del Darién, la frontera natural con Colombia, alrededor de 190.000 viajeros irregulares, una cifra exorbitante, y más de 70% de ellos venezolanos con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
Es así que desde la semana pasada Estados Unidos aplica una nueva política para los venezolanos: el que entre de forma irregular por la frontera terrestre con México o que haya llegado en igual circunstancia a Panamá, será expulsado de inmediato hacia territorio mexicano. Hay temores de un embotellamiento de migrantes en Centroamérica.
Estados Unidos anunció asimismo un programa que da estatus legal por dos años a 24.000 venezolanos que lleguen en avión y dispongan de un patrocinador.
Ante estas nuevas medidas estadounidenses “tenemos que monitorear qué es lo que pasará ahora”, pero “ya hay migrantes que están pidiendo un retorno”.
El Tapón del Darién es considerada una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, tanto por su propio entorno salvaje como por la presencia de grupos armados y del crimen organizado.
No se sabe cuántas personas han muerto en la selva en medio de esta ola migratoria. Los viajeros relatan que algunos pierden la vida por caídas o heridas, porque no pueden seguir por estar enfermos, ahogados en ríos o a manos de delincuentes, como ocurrió el mes pasado cuando un niño de seis años murió tiroteado en medio de un asalto.
“Algunos de ellos están considerando regresar por el Darién y eso es algo que hay que evitar absolutamente“, alertó el jefe de misión de la OIM en Panamá Giuseppe Loprete.
“Tenemos que coordinar las acciones en un cortísimo plazo porque es una crisis humanitaria, puede ser la vida o la muerte para muchos migrantes“, y en este contexto “el retorno voluntario es un tema clave”, afirmó.
Panamá es la puerta de entrada a Centroamérica desde el sur. Este año han llegado al país tras cruzar la selva del Darién, la frontera natural con Colombia, alrededor de 190.000 viajeros irregulares, una cifra exorbitante, y más de 70% de ellos venezolanos con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
Es así que desde la semana pasada Estados Unidos aplica una nueva política para los venezolanos: el que entre de forma irregular por la frontera terrestre con México o que haya llegado en igual circunstancia a Panamá, será expulsado de inmediato hacia territorio mexicano. Hay temores de un embotellamiento de migrantes en Centroamérica.
Estados Unidos anunció asimismo un programa que da estatus legal por dos años a 24.000 venezolanos que lleguen en avión y dispongan de un patrocinador.
Ante estas nuevas medidas estadounidenses “tenemos que monitorear qué es lo que pasará ahora”, pero “ya hay migrantes que están pidiendo un retorno”.
El Tapón del Darién es considerada una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, tanto por su propio entorno salvaje como por la presencia de grupos armados y del crimen organizado.
No se sabe cuántas personas han muerto en la selva en medio de esta ola migratoria. Los viajeros relatan que algunos pierden la vida por caídas o heridas, porque no pueden seguir por estar enfermos, ahogados en ríos o a manos de delincuentes, como ocurrió el mes pasado cuando un niño de seis años murió tiroteado en medio de un asalto.