Un hombre de Oklahoma de 57 años deberá ser ejecutado este jueves con una inyección letal por asesinar a su hija de nueve meses en 2002, a pesar de la insistencia de sus abogados en que padece de una enfermedad mental y no es competente para comprender la sentencia.
Los abogados de Benjamin Cole no disputan que mató a Brianna Cole en un arrebato de violencia que le rompió la columna vertebral, pero alegan que está muy enfermo y tiene una lesión en el cerebro que ha seguido creciendo y empeorando desde que está en prisión.
Cole ha rechazado atención médica y descuidado su higiene personal, acumulando comida y viviendo en una celda oscura con poca o ninguna comunicación con los guardias y otros prisioneros, dijo su abogado el mes pasado a la Junta de Perdones estatal.
El panel negó la clemencia con una votación de 4-1 y un juez de distrito determinó este mes que Cole es competente para ser ejecutado. Una apelación de último minuto a la Corte Suprema de EEUU fue rechazada el miércoles.
Cole sufre de una lesión en el cerebro, que es separada de un diagnóstico de esquizofrenia paranoica, que ha ido creciendo y afecta una parte del cerebro encargada de solución de problemas, movimiento e interacción social, dijo su abogada Katrina Conrad-Legler.
Los fiscales y miembros de la familia de la víctima dijeron a la junta que los síntomas mentales de Cole son exagerados y que la brutalidad del crimen de su hija ameritan su ejecución.
La fiscal asistente Tessa Henry dijo que Cole mató a la niña porque interrumpía con su llanto un juego de video.
“No tiene una enfermedad mental grave”, dijo otra fiscal. “No hay nada en la constitución o la jurisprudencia que impidan su ejecución”.
Los fiscales destacaron que la niña presentaba numerosas lesiones consistentes con un historial de abuso y que Cole había servido anteriormente tiempo en prisión por abusar de otro menor.
Voz de América