La oposición venezolana trabaja en la organización de primarias para escoger a un único candidato que se enfrentaría al dictador Nicolás Maduro en las elecciones de 2024, en momentos en que el liderazgo opositor está atomizado y la ciudadanía desesperanzada.
La política ya no domina el centro de la conversación en Venezuela, como ocurría hace unos cinco años, pero los cuestionamientos e inquietudes persisten.
«Son unos liderazgos muy débiles, muy oportunistas, muy personalistas y mientras no corrijan esas tres condiciones, verdaderamente, no creo que nos representen a ninguno de nosotros», dijo a la Voz de América Melín Navas, trabajadora por cuenta propia, que aún no decide si participará en las primarias opositoras.
«No confiamos ni en el gobierno, ni en la oposición. Pensamos confiar en la oposición, ¿y qué? ¿Qué nos han dado? La espalda. Es que no hay un candidato de la oposición que uno pueda decir: ‘¡Oye, voy a ir a votar en las primarias!’ No hay», fustiga Mario Montilla, taxista venezolano.
«Yo creo que el país no está para egos. El país está para estar unidos, trabajar juntos y hacer una propuesta. No podemos seguir con mantras, con lemas; sino con una propuesta seria al ciudadano», señala María Gabriela Escovar, periodista, especializada en política internacional.
La encuestadora Consultores 21 midió en junio la intención del electorado de votar en las primarias de la oposición, y halló que entre el 12 y el 16 por ciento está en disposición de participar en unas elecciones de la oposición.
«Esos son alrededor de 3 millones de personas», destaca el director de la firma, Saúl Cabrera.
El porcentaje aumenta si se permite el voto de los venezolanos en el exterior y si el ciudadano percibe que la oposición mantendrá el consenso, según Consultores 21.
Las elecciones de la oposición podrían ser en junio de 2023, según la agencia Reuters.
De acuerdo con el sondeo de Consultores 21, un 35 % de la ciudadanía está muy segura de ir a votar en las presidenciales, pero aumenta a cerca de 60 % dependiendo de ciertas condiciones.
«Quizás el valor más importante que tiene el elector opositor es la unidad, que no significa discurso único, ni líder único, sino que es estar unidos por un bien mayor, que para estos sectores es lograr un cambio de gobierno», detalla Cabrera.
Aunque formalmente no han comenzado las postulaciones, hay al menos 16 aspirantes a medirse en esta contienda interna.
“Más allá de elegir un simple candidato, el reto es definir un planteamiento estratégico, la creación de una serie de normas y reglas en torno a la oposición y de cómo se toman las decisiones. Recuerda que la Mesa de la Unidad Democrática fue algo muy exitoso, pero después terminó colapsando y ahorita se está tratando de crear una coalición de las fuerzas democráticas», explica el director de la consultora Politiks, Andrés González.
Aún hay mucho camino por recorrer en cuanto a las normas que regirán las primarias opositoras. Queda por definir si será el Consejo Nacional Electoral el que ofrezca el soporte logístico para la consulta, o si se dejará en manos de la sociedad civil o de algún organismo internacional.
Mientras tanto, las presidenciales están pautadas para 2024. Sin embargo, hace unas semanas, el presidente Nicolás Maduro dejó entrever que podría haber cambios, citando una conversación que tuvo con el gobernador del estado de Miranda.
«Héctor Rodríguez es travieso. Héctor Rodríguez me dice: Elecciones 2024 o antes. Lo cierto es que nosotros estamos preparados para cuando haya elecciones, salir a una gran victoria», dejó caer Maduro durante un acto público en La Guaira, a unos 30 kilómetros de la capital Caracas.
“La posibilidad de que se adelanten o no, va a depender mucho de las capacidades organizativas de la oposición, de la unidad y de la posibilidad que tenga la oposición de poder generar un desafío a Maduro en esas elecciones», aclara González.
«Cuando la gente siente que hay una elección cuyo resultado va a respetarse y que las condiciones son más o menos abiertas, el porcentaje de participación sube de manera dramática», concluye Cabrera.
VOA