Al menos doce heridos, entre policías y militares, dejó este jueves un nuevo motín carcelario en el puerto ecuatoriano de Guayaquil, donde desde el martes ocho personas han muerto por una ola de violencia ligada a bandas de narcotraficantes.
Desde que se desataran los enfrentamientos el martes por la noche dentro de la cárcel Guayas 1, se han reportado en total dos presos muertos y 20 lesionados, entre ellos 9 policías y 3 militares, de acuerdo con el organismo que administra las prisiones (SNAI).
En las afueras de la cárcel, allegados de los reclusos aguardaban noticias. Un reportero de la AFP fue rociado con gas lacrimógeno por la policía, mientras que militares le exigieron borrar las imágenes de su cámara.
Desde primera hora de la mañana se escuchaban ruidos de detonaciones desde el exterior de la cárcel. A media tarde las explosiones cesaron.
Uniformados con armas largas vigilaban la prisión desde los techos. El SNAI señaló que la policía retomó el control de uno de los pabellones.
Los enfrentamientos estallaron en medio del estado de emergencia y el toque de queda nocturno que rige en Guayaquil desde el martes.
Ese día, banda de narcos hicieron explotar varios explosivos en comisarías de policía, gasolineras y centros de salud en represalia al traslado de 1.000 presos desde la cárcel Guayas 1 hacia otros centros.
Una mujer que prefirió no identificarse dijo a la AFP que su familiar estaba «aterrado» dentro de la cárcel, controlada por organizaciones de narcotraficantes.
«Ahí no hay bandas, no se están peleando entre bandas, es la policía la que los está acribillando», sostuvo.
– El miedo –
El SNAI atribuyó los ataques con disparos y granadas a los presos que son «integrantes de grupos de delincuencia organizada». Militares heridos salieron en brazos de sus compañeros, que los recostaban en puestos de auxilio fuera de la prisión.
En las viviendas cercanas a la prisión, el miedo ya es costumbre. Cuando las detonaciones son muy fuertes «mis hijos corren de sus cuartos al mío, pero seguimos nuestra vida, los helicópteros que sobrevuelan se han vuelto normales en nuestras vidas», comentó a la AFP Zoila Moscoso, una empleada pública de 36 años.
Una de sus vecinas «no duerme en su casa desde el martes en la noche porque le da mucho miedo y no puede estar en paz», relató.
La ola de violencia empezó el martes con más de una docena de atentados con detonaciones en estaciones de policía, gasolineras y centros de salud de Guayaquil que vaciaron las calles de la ciudad. En esos ataques murieron cinco uniformados y un civil.
Amparado en el estado de excepción, el gobierno del presidente Guillermo Lasso desplegó militares para que apoyen a la Policía en los operativos contra las múltiples bandas que operan en la ciudad.
El temor impera en Guayaquil, donde en lo corrido del año se han reportado 1.200 homicidios, 60% más que el mismo periodo de 2021, según datos oficiales.
– «Recibidos a bala» –
Unos 1.300 policías ingresaron este jueves a la cárcel, de acuerdo con el general Víctor Zárate, comandante policial local.
«Fuimos recibidos a bala, uno de los drones fue impactado y fue neutralizado», comentó Zárate a la prensa, agregando que los reclusos también detonaron artefactos explosivos.
El narcotráfico tomó vuelo en los últimos años en Ecuador, acostumbrado a ser un lugar de paso de cargamentos ilegales desde Colombia, principalmente.
Organizaciones abrieron un mercado interno de venta de drogas y multiplicaron los envíos de toneladas de cocaína desde Guayaquil y otros puertos.
Las bandas criminales dominan varias penitenciarias, convertidas en un centro «seguro» de sus operaciones ante la incapacidad del Estado de asumir el control.
La disputa por el poder de las bandas en las prisiones deja alrededor de 400 muertos desde febrero de 2021, la mayoría en matanzas con cuerpos baleados, incinerados y mutilados a machete.
En 2021, el país registró incautaciones récord de 210 toneladas de drogas, en su gran mayoría cocaína. En lo que va del año los decomisos suman 160 toneladas.
AFP.