«Ciudad del caos». Esa expresión, utilizada por la marca de moda Cotopaxi para justificar el cierre de su tienda en San Francisco, que era regularmente robada por delincuentes, se convirtió en emblema de un tema fundamental en las elecciones de medio mandato: la inseguridad.
«Nuestra tienda es víctima de redes de ladrones varias veces a la semana», se quejó el director ejecutivo de la empresa, Davis Smith a finales de octubre en una publicación que se volvió viral en las redes sociales. «Entran a la tienda sin ningún tipo de vergüenza y se van con miles de dólares en mercancías. Nuestro equipo está aterrorizado».
La salida de la marca de Hayes Valley, un lujoso barrio de compras de San Francisco, con vitrinas imponentes y restaurantes con comensales como Michelle Obama, tuvo un valor simbólico antes de las elecciones del próximo martes, en las que la delincuencia es uno de los principales temas de preocupación de los votantes.
«Creo que Davis quería pasar un mensaje», opina Lloyd Silverstein, presidente de la Asociación de Comerciantes de Hayes Valley y propietario de una óptica de diseño.
El barrio se extiende por tres manzanas en las que funcionan unos sesenta comercios, desde tiendas de antigüedades, joyas o bicicletas eléctricas hasta locales de diseño donde las prendas de ropa y los zapatos se venden por cientos de dólares.
También hay acogedores cafés, espacios para entrenar y socializar al aire libre. A pocos meses de terminada la pandemia, los restaurantes que distribuyen sus mesas bajo los ventanales a la bahía, no suelen tener lugar libre.
«Nos recuperamos con tanta fuerza que nos hemos vuelto un poco víctimas de nuestro éxito», dice Silverstein sobre los robos y las vitrinas rotas que muchos comerciantes comenzaron a registrar.
– Déficit policial –
La Asociación de Comerciantes llegó a crear un grupo de mensajes para alertar sobre los robos en tiempo real. «Recibía mensajes cada diez minutos», cuenta Silverstein a la AFP.
«Estábamos pidiéndole a la policía que nos prestaran atención, pero creo que esto [el cierre de Cotopaxi] fue lo que atrajo las miradas». Un par de semanas después del anuncio, una patrulla fue asignada a la zona.
Desde que dos policías caminan sistemáticamente por las cuadras de Hayes Valley, el grupo de mensajes se encuentra en silencio, a diferencia de las calles, que están llenas de visitantes.
«Es muy triste que con tantas cosas buenas que pasan aquí, tengamos que enfocarnos en la inseguridad», dice Robert Barnwell, del comité de seguridad pública del barrio.
Para Barnwell, el déficit policial es una de las causas del aumento de robos. «Es un problema de California y del país», señala, e incentiva a los comerciantes y vecinos a «prestar más atención».
«Hay que poner cámaras, enseñar a los empleados cómo tener la protección adecuada», dice.
– Fuego cruzado –
La preocupación por la seguridad no es exclusiva de Hayes Valley ni de San Francisco, que revocó este año a su fiscal general, Chesa Boudin, por considerarlo laxo contra el crimen.
Aunque la economía es el tema crucial para los votantes, una encuesta de Gallup reveló que la delincuencia ocupa el segundo lugar, con 71% de los electores considerándolo un factor muy o extremadamente importante.
Las estadísticas varían de ciudad a ciudad, pero una mirada general durante el primer semestre de 2022 muestra, de acuerdo con el grupo de reflexión Consejo de Justicia Criminal, que en 29 ciudades -incluyendo San Francisco, Los Ángeles, Boston y Nueva York, entre otras- los crímenes contra la propiedad aumentaron, mientras que homicidios y asaltos a mano armada disminuyeron, invirtiendo las tendencias de los dos años de pandemia.
Los republicanos están capitalizando esa preocupación con discursos encendidos, que acusan a los demócratas de ser blandos contra el crimen.
«Hay una emergencia de crimen ahora mismo en el estado de Nueva York», dijo en octubre el republicano Lee Zeldin. «Todo el tiempo, nuevas leyes procriminales, una atrás de la otra», agregó atacando a su opositora, la gobernadora demócrata Kathy Hochul.
La retórica proarmas y antimigración alimentan las críticas al partido Demócrata, que del otro lado acusa a sus oponentes de asustar a los votantes.
«Ellos están tratando de crear miedo y ansiedad en la gente», dijo esta semana a CNN la excandidata presidencial Hillary Clinton. «Cuando miras las estadísticas de delito, los estados con las tasas más altas de criminalidad son aquellos gobernados por los republicanos».
Los votantes, en tanto, se sienten frustrados en medio del fuego cruzado entre ambos partidos.
«Tú dime cómo se puede vivir así», dice Anthony Jackson, señalando una acera del distrito Tenderloin, en San Francisco, ocupada por una veintena de personas en situación de calle.
Más de 7.000 personas viven en las calles en la ciudad de menos de 900.000 habitantes, según cifras oficiales.
«Esto no se arregla con policía, ni con el fiscal, esto se arregla con trabajo conjunto», comenta este profesor de 58 años. «Pero lo que tenemos son políticos apuntando su dedo unos a otros».
AFP