Blas Núñez-Neto, subsecretario interino de política fronteriza y de inmigración, afirmó que Estados Unidos actualmente no tiene una relación con el régimen de Nicolás Maduro, pero sí tiene la capacidad para realizar repatriaciones a Venezuela.
En octubre el gobierno de Joe Biden decidió permitir la entrada a 24.000 venezolanos previa petición formal y por vía aérea y expulsar a territorio mexicano a aquellos que crucen «ilegalmente» la frontera.
Núñez-Neto señaló que habrá la posibilidad de que «individuos se presenten en unos puntos de entrada para ser procesados si quieren aplicar para asilo político» y «estamos viendo qué podemos hacer para tener un proceso seguro, ordenado y que funcione», dijo el funcionario.
Actualmente el gobierno del presidente Joe Biden aplica una norma de salud pública conocida como Título 42, que empezó a utilizar su predecesor Donald Trump como medida anticovid y que permite expulsar inmediatamente a cualquier extranjero o no residente que intente entrar en el país sin visa.
Pero un juez prohibió el Título 42 y dio de plazo al gobierno hasta el 21 de diciembre para prepararse para su suspensión. Una vez que se levante se aplicarán las reglas del Título 8, como se viene haciendo desde hace décadas, «que tienen consecuencias importantes para la gente que cruza ilegalmente la frontera», como «la repatriación», que «pierdan la posibilidad de venir a Estados Unidos por hasta diez años» y procesamientos legales «por el crimen de cruzar la frontera», afirmó.
«Las personas que no tienen base legal para permanecer en Estados Unidos bajo nuestras leyes de inmigración serán deportadas», aseveró.
El funcionario aseguró que se preparan desde febrero para aplicar medidas migratorias, entre las que se «va a incluir el uso» de «la deportación acelerada», que consiste en devolver a sus países rápidamente «a los que no establecen derechos para quedarse en los Estados Unidos».
AFP.