El exalcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, sugirió incorporar a la mesa de diálogo con el régimen a la viuda del capitán Rafael Acosta Arévalo, Waleswka Pérez y a la viuda del concejal Fernando Albán, Meudi Osio.
«Una de ellas pudiera, perfectamente, representar a todas las victimas de asesinatos, torturas, y detenciones arbitrarias, procedimientos violatorios de los derechos humanos de los que son responsables, tanto Nicolás Maduro como sus mas cercanos colaboradores», expresó a través de una carta pública enviada a Gerardo Blyde, líder de la delegación opositora que participa en el diálogo con el régimen en México.
El dirigente de Alianza Bravo Pueblo calificó al régimen de «corporación criminal» y aseveró que no tiene buenas intenciones, sino que solo busca es ganar tiempo mientras genera sobre la oposición «una atmósfera de contradicciones, incertidumbres y frustraciones».
A su parecer, los resultados de la docena de diálogos emprendidos desde Venezuela, evidencian que en esas operaciones negociadoras tanto Hugo Chávez como ahora Nicolás Maduro se llevan todos los réditos: desde ganar tiempo, confundir a la comunidad internacional y dividir a la dirigencia opositora, dejando desánimo y frustraciones en el campo opositor.
Antonio Ledezma le recordó a Blyde que el régimen es el culpable de la catástrofe humanitaria que padecen los venezolanos y por ello desde la oposición deben tener muy bien definido como estrategia que lo fundamental es defender a Venezuela.
Ledezma resaltó que el objetivo es redimir a Venezuela de esa tiranía y para tales efectos deben ser liberados los presos políticos, garantizar el retorno de exiliados, levantar inhabilitaciones, pasar la pagina de la ignominia de los partidos judicializados, garantizar plena libertad de expresión, fijar fecha de elecciones libres, previamente depurar y actualizar el Registro Electoral para normalizar la situación de los millones de electores dentro y fuera del país.
Por último, expresó su deseo que los recursos liberados no sigan siendo devorados en las hogueras de la corrupción, ni se utilicen para adquirir equipos y armas represivas, ni para la paga de sus escuadrones de la muerte, así como tampoco para “aceitar maquinaras partidistas” como esquema de un reparto inescrupuloso de prebendas.