El alcalde de Denver, Estados Unidos (EEUU), Michael Hancock, urgió este lunes ayuda al gobierno federal y la Arquidiócesis local para responder ala creciente crisis por la masiva llegada de inmigrantes a esta ciudad.
Asimismo, el demócrata mencionó que desde el pasado 9 de diciembre de 2022, llegaron a la capital de Colorado más de 3.000 migrantes procedentes de la frontera con México, la mayoría de ellos de origen venezolano.
Desde entonces, Denver destinó más de un millón de dólares para alojar, alimentar y ofrecer servicios médicos a los recién llegados; sin embargo, esa cifra podría triplicarse en los próximos dos meses.
Además de esto, Hancock denunció que ni las autoridades federales ni otras jurisdicciones estatales o locales, ni muchas de las organizaciones que habitualmente ofrecen ayuda comunitaria, se han sumado a esos esfuerzos.
Con ello, señaló que se requieren de «nuevas medidas» para evitar una «crisis humanitaria» aún mayor a la que ya ha «sobrepasado la capacidad de la ciudad y el condado de Denver».
En este sentido, se estima el arribo de 50 a 100 nuevos inmigrantes, sin que la época de las fiestas decembrinas o las tormentas de nieve (tres e los últimos diez días) hayan detenido ese movimiento de personas.
Cabe acotar que, como consecuencia, organizaciones como la Iglesia Ciudad de Denver, que inicialmente abrió sus puertas a los inmigrantes y recolectó donaciones para ellos, debió limitar esa ayuda desde la semana pasada.
Tomando esto en cuenta, Hancock solicitó acceso a un edificio de propiedad de la Iglesia Católica en el oeste de Denver que en la actualidad está vacante y que podría alojar hasta 100 personas.Pidió al arzobispo ayudar a mantener a proteger a los migrantes de las gélidas temperaturas.
Entre tanto, varios dirigentes comunitarios, incluyendo la mexicana Juana Duarte, comenzaron a movilizarse a favor de los venezolanos recién llegados.
«Hay dos familias venezolanas a quienes hemos ayudado que están viviendo en el estacionamiento de un supermercado en el barrio hispano en el oeste de la ciudad. Viven de lo que la gente les da. Necesitan ropa y comida y un lugar donde estar porque una de ellas tiene un niño de 3 años y la otra una niña de 9 años», dijo Duarte.
La dirigente explicó que esas familias venezolanas llegaron «a mediados del mes pasado» y que confiaban «encontrar trabajo, aunque sea en limpieza, y hasta abrir su propio negocio», debido a que uno de los inmigrantes cuenta con 9 años de experiencia como dueño de negocios.
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