El gobierno brasileño anunció este miércoles que bloqueará el acceso a la sede de los poderes públicos en Brasilia, antes de una manifestación anunciada por seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, tres días después de que asaltaran los edificios de la Presidencia, el Congreso y la corte suprema.
El viceministro de Justicia, Ricardo Cappelli, informó de la instalación de «barreras, puestos de control y bloqueos» en los accesos a la Explanada de los Ministerios, que concentra los edificios públicos en la capital. Además, señaló que la circulación de vehículos en las avenidas adyacentes fue interrumpida.
«Todos los efectivos de seguridad pública están movilizados», dijo Cappelli. «No hay hipótesis de que se repitan en la capital federal los hechos inaceptables que ocurrieron el día 8» de enero, añadió.
Cappelli fue designado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para comandar las fuerzas de seguridad de Brasilia luego de que el domingo miles de manifestantes bolsonaristas invadieran el palacio de Planalto (sede de la Presidencia), el Congreso y el edificio de la corte suprema.
Las imágenes, que recordaron a los ataques del 6 de enero de 2021 al Capitolio en Estados Unidos por partidarios del entonces presidente Donald Trump, registraron a los bolsonaristas rasgando cuadros y destruyendo mobiliario, rompiendo vidrios e invadiendo las oficinas de magistrados, diputados y del Ejecutivo.
Cientos de personas fueron detenidas, y mientras el daño al patrimonio nacional y las responsabilidades son investigadas, seguidores de Bolsonaro anunciaron otras manifestaciones para la tarde de este miércoles.
Según Capelli, la Explanada de los Ministerios es el lugar al que buscarían dirigirse los manifestantes este miércoles en Brasilia.
La convocatoria a movilizaciones en otras ciudades además de la capital avanza en redes sociales bajo el lema «Para retomar el poder».
«[Se trata de] un grupo de personas enloquecidas que no entendieron aún que la elección terminó», señaló en la mañana el presidente Lula, quien recibió en el Palacio de Planalto a representantes del Congreso, incluyendo el presidente de la Cámara, Arthur Lira.
Lula agradeció al Congreso por aprobar rápidamente su decreto presidencial para intervernir la seguridad pública en el Distrito Federal, que el lunes ya estaba en calma.
«No quiero ni pensar que se trata de un golpe, es algo menor», enfatizó Lula.
AFP