Y es que desde el día de la inauguración la poca afluencia de la fanaticada es lo que ha marcado el inicio de este importante torneo, lo que ha activado las alarmas de las autoridades futbolísticas.
Lo que no se imaginaron los organizadores era que una situación como esta se viviera en Brasil, un país que vive y respira por y para el fútbol, y en donde parece que la Copa América resulta ser indiferente para la mayoría de su población.
Los números además lo confirman. Y es que al comparar los números de asistencia de los primeros partidos de esta Copa con la edición especial de la Copa América Centenario de 2016 se ve una gran diferencia. En esa oportunidad se batió el récord de espectadores del torneo al concentrar a 46.373 personas en promedio por partido en Estados Unidos, un país donde la afición por el fútbol está apenas en auge.
En la actual edición, el promedio de espectadores en los cinco primeros partidos ha sido de apenas 25.801, casi menos de la mitad que hace tres años, y los números se asemejan más a la edición de 2015 en Chile, cuyo promedio fue de 25.223 espectadores por partido.
La diferencia entre 2015 y ahora es que en Chile la mayor parte de los estadios tenían entre 15.000 y 30.000 asientos y el más grande era el Estadio Nacional con 50.000 espectadores, mientras que en Brasil la cancha más pequeña para esta Copa América es el Arena Corinthians que cuenta con 47.000 asientos.