Un grupo de inmigrantes venezolanos protesta desde hace dos días en la calle, pese al frío invernal, por haber sido desalojados del hotel Watson en Manhattan, Nueva York, para ser enviados a otro albergue.
El otro albergue, según afirman los migrantes a la agencia EFE, no tiene las condiciones para vivir; pues supuestamente no cuenta con calefacción, los colchones se hunden, no hay dónde guardar las pertenencias y tienen que cruzar la calle para bañarse y hacer fila.
Nueva York es la única ciudad del país que está obligada por ley a proporcionar un techo a quien lo pida, convirtiéndose en un santuario para la inmigración.
La ciudad ha recibido en los últimos meses unos 42.000 inmigrantes que han sido ubicados en albergues que han terminado llenos, lo que obligó a la Alcaldía a alojarlos en hoteles.
Muchos de los inmigrantes fueron notificados sobre el desalojo el pasado martes, por la administración del hotel, en una hoja que les pasaron por debajo de la puerta de su habitación. La fecha límite era entre el 28 y el 31 de enero. Dos días después les colocaron una lista pública con el número de identificación que se les asignó y el día y hora en que debían dejar el hotel.