La periodista de la fuente militar y de frontera, Sebastiana Barráez, aseveró que la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) «montó una historia» contra un chef de Miraflores y una azafata del avión presidencial por un supuesto intento de magnicidio contra Nicolás Maduro.
«El chef de Miraflores y una azafata del avión presidencial fueron detenidos hace dos años (…) por un supuesto intento de magnicidio y con el tiempo se ha demostrado que ahí no hubo un intento de magnicidio», comentó en conversación con Carla Angola en Aló Buenas Noches.
Barráez explicó que el chef trató de negociar residuos de pólvora que se usaban en los cursos, para unos familiares que tenía en unas minas de oro en Bolívar. Es decir, que no eran residuos de la Fuerza Armada, dijo.
«La Dgcim decía que iban a matar a Nicolás Maduro con unos residuos que dicen que el chef los llevaba en su bolso y lo agarraron en la avenida Urdaneta. Él reconoció que eso lo había comprado para las minas de oro, y eso está comprobado que era así», comentó.
La periodista mencionó que además del chef y la azafata, también implicaron a un capitán de apellido Peña, quien ha sido el más afectado porque lo han torturado, dañado su carrera y bajo chantaje fue obligado a grabar un video porque si no lo hacía iban a arrestar a la mamá.
«Hay toda una alteración de pruebas, utilizaron como testigos a los propios funcionarios de la Dgcim. Se juzgó y se condenó a estas personas sin que hubiera un indicio real de un magnicidio» contra Nicolás Maduro.
En su opinión, la Dgcim «monta estas operaciones» porque ellos necesitan mostrar unos resultados «y cada funcionarios de esos», recibe algo que llaman «botín de guerra» que según dijo, es bien lucrativo cuando logran hacerse de propiedades y hasta ropa.
«Con ese botín alimentan a los funcionarios y además se prestan para ser testigos y montar estos expedientes», comentó.