Las empresas de criptomonedas, de cadenas de bloques y de NFT de Suiza, agrupadas en la llamada «Cripto Valley», se preparan para meses difíciles tras la quiebra de la plataforma FTX, pero confían en un «reinicio» sobre bases sanas.
En Suiza, las empresas emergentes de criptoactivos se multiplicaron gracias al pragmatismo del gobierno federal, que quiso encuadrar las criptomonedas haciendo del país un pionero de la cadena de bloques (blockchain) y de los criptoactivos para el sector financiero.
La fiscalidad ventajosa del cantón de Zug es un argumento suplementario y los impuestos puede ser pagados con bitcoin o ethereum.
Pero el colapso a finales de 2022 de la plataforma de intercambio de criptomonedas FTX, seguido por el de la empresa de préstamos en criptomoneda Génesis, crearon pánico en el sector aunque, desde entonces, las criptomonedas comenzaron a recuperarse.
«Pasaron muchas cosas en 2022», relata Dirk Klee, jefe de Bitcoin Suiza, en una entrevista con la AFP, citando el colapso de la ficha estable Terra Luna, la quiebra de la plataforma de inversiones en criptomonedas Celsius y la liquidación del fondo Three Arrows Capital.
Esto «puso en evidencia las debilidades» de algunas empresas en un sector «todavía muy joven», pero «no se debe a un defecto de la tecnología, sino a una mala gestión», afirma.
Según un estudio del Banco de Pagos Internacionales, unos 450.000 millones de dólares se evaporaron con las sacudidas de los mercados financieros desencadenadas por Terra Luna, con pérdidas estimadas en 200.000 millones de dólares a raíz de FTX.
«La quiebra de FTX es un incidente muy malo para nuestro sector. Nos hará retroceder, al menos durante uno o dos años», destaca Mathias Ruch, fundador y jefe de la empresa de capital de riesgo CV VC.
– Saneamiento del sector –
En 2022, cerca de 1.135 empresas de criptoactivos estaban instaladas en Suiza y en Liechtenstein, según un estudio realizado por CV VC.
Pero el número de unicornios -empresas valoradas en más de 1.000 millones de dólares- se redujo a 9, contra 14 en 2021 y los empleos disminuyeron 4%, a 5.766 puestos.
A finales de enero, Bitcoin Suiza, la primera empresa del sector con sede en Zug, anunció una reducción de plantilla.
La preocupación se centra ahora sobre todo en la financiación. A mediados de febrero, la plataforma Taurus logró recaudar fondos de grandes bancos como Credit Suisse y Deutsche Bank.
Para Jérôme Bailly, copresidente de la asociación Crypto Valley, en este período la situación será más compleja para «las pequeñas empresas emergentes».
Creada en 2017, la asociación tiene como objetivo facilitar los intercambios entre las empresas, ya sea con sede en Zug -donde se concentran las empresas emergentes en la cadena de bloques, en el cantón de Neuchâtel, más centrado en las criptomonedas-, o en Ginebra y Zúrich, donde predominan los proyectos para el sector bancario.
Según Bailly, las sacudidas actuales se parecen al estallido de la burbuja de internet de los años 2000, de la que finalmente surgieron gigantes como Google o Amazon. «Tenemos exactamente los mismos ciclos, acelerados por los enormes fraudes de 2022», indica.
La burbuja sobre los criptoactivos «se desinfló porque todo había aumentado demasiado. Creo que presenciaremos un reinicio importante», subraya por su parte Emi Lorincz, presidenta de la asociación Crypto Valley, a la AFP.
El sector se está preparando para hacer frente a una mayor regulación puesto que los supervisores están endureciendo el tono.
Sin embargo, según Darko Stefanoski, socio de la empresa de auditoría y asesoramiento EY, Suiza ya está «en el buen camino», ya que la Finma, el gendarme suizo de los mercados, fijó rápidamente las normas.
«Esto da seguridad a las empresas, mercados y clientes. Porque las reglas son claras», declara. La regulación en otros países traerá aún más transparencia, lo que será «bueno para Crypto Valley», anuncia.
Para Réda Aboutika, analista de X-Trade Brokers, «un viento glacial sopló sobre toda la industria», pero estos temblores «fueron quizás un mal necesario que permitirá un saneamiento del sector», juzga.
AFP