La programación deportiva del gigante audiovisual británico BBC sufrirá este domingo parones por segundo día consecutivo, tras las críticas desencadenas por la suspensión del presentador estrella Gary Linker, que reaviva el debate sobre la imparcialidad del grupo.
Lineker, de 62 años, fue suspendido tras haber criticado el martes el nuevo proyecto de ley contra la migración irregular del gobierno conservador.
La norma busca impedir que los migrantes que lleguen por el Canal de la Mancha pidan asilo en el Reino Unido, un proyecto denunciado hasta en la ONU.
Lineker, que fue también exdelantero de la selección de Inglaterra, comparó en un tuit el lenguaje usado por el ejecutivo con la retórica de la Alemania nazi.
La decisión de suspenderlo del programa «El partido del día» –que presenta desde 1999– desató una oleada de críticas y el apoyo de muchos comentaristas y personalidades políticas al otrora fútbolista.
El sábado, varios programas de fútbol fueron anulados al último minuto y la BBC se vio obligada a disculparse ante los telespectadores.
Pero la programación también quedará afectada el domingo después de que varios asesores y comentaristas hayan desertado en solidaridad con Lineker.
«Apagón en BBC Sport», titulaba el periódico Sunday Express, mientras la mayoría de los diarios del país seguían abriendo con ese tema.
El caso cobró importancia en un contexto de crispación alrededor del tema migratorio y por las recurrentes críticas de los conservadores británicos sobre la parcialidad del grupo.
Los conservadores suelen acusar a BBC de haber cubierto el Brexit de manera imparcial.
El ejecutivo congeló el año pasado la tasa que financia a BBC durante dos años.
Pero las críticas también llegan desde la oposición, que reprocha al grupo mediático haber cedido a las presiones del gobierno al suspender a Lineker.
Las críticas también apuntan el nombramiento en 2021 de Richard Sharp como presidente, un exbanquero que apoya al Partido Conservador.
El ministro de Economía y Finanzas, Jeremy Hunt, afirmó el domingo que deseaba que «BBC conserve su reputación de independencia e imparcialidad».
«Cuando me entrevistan, las personas deben saber que lo hacen a nombre del público y no por razones políticas», dijo.
Bajo presión, el director general del grupo, Tim Davie, se negó «rotundamente» a dimitir y aseguró que quería «resolver la situación con calma» y «conseguir que Gary volviera al aire».
AFP