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¡DE TERROR! Hombre asesinó a sus víctimas y se las comió en hamburguesas

Joe Metheny fue detenido sin oponer resistencia. Los oficiales ya tenían fichado a este trabajador de la madera y sabían quepodrían tener problemas. No iba a ser fácil que lo esposen y lo lleven a la comisaría. Este hombre medía más de 1,80 metros y pesaba 204 kilos, con lo cual una decena de agentes se prepararon para lo peor en el departamento de Metheny en Baltimore, Estados Unidos.

Nada de eso sucedió. El voluminoso trabajador que tenía obesidad mórbida se entregó sin dramas. Pero lo que no se esperaban los policías era que la detención de rutina se transformara en una confesión de crímenes horribles. Fue un relato detallado y directo, cuya brutalidad sorprendió a la policía, especialmente cuando Metheny agregó: “Soy una persona muy enferma”. En esos momentos, varios oficiales tuvieron que salir al patio trasero de la comisaría porque no pudieron aguantar las cosas que describía Metheny.

La confesión del asesino

Mientras acomodaba sus más de 200 kilos en la sala de interrogatorio de la comisaría de Baltimore, Metheny describió a la policía con lujo de detalle cómo violó, asesinó y desmembró brutalmente a trabajadoras sexuales y personas sin hogar que caían en sus garras engañadas.

Sin embargo, estas víctimas solo sirvieron como sustituto del único objetivo que persiguió durante muchos años: su novia fugitiva.

Entonces, Metheny llegó a la parte del relato que descompuso a la mayoría de los agentes que se turnaban para interrogarlo. El hombre sin inmutarse y apenas transpirado por su obesidad excesiva confesó que comió parte de la carne de sus víctimas. Y eso no fue todo, también se la sirvió a otras personas que no lo sabían en forma de hamburguesas.

Joe Metheny siempre había sido rudo. Se había criado a los golpes entre el bullying por su sobrepeso y una familia que no le prestaba mucha atención. Soportó una infancia de abandono con un padre alcohólico que solo aparecía para golpear a toda su familia y una madre obligada a trabajar turnos extra para mantener a sus seis hijos. Vivían en Essex, una pequeña localidad cercana de Baltimore.

No se conocen muchos otros detalles sobre sus años de juventud, pero su madre dice que se unió al ejército en 1973 cuando tenía 19 años. Después de eso, perdieron el contacto. “Simplemente se mantuvo a la deriva más y más lejos. Creo que lo peor que le pasó en la vida fueron las drogas. Es una historia triste, triste”, dijo la mujer cuando los medios estadounidenses la buscaron tras revelarse los crímenes que había cometido su hijo.

Al poco tiempo por mala conducta, Metheny dejó el Ejército. Se había peleado con un sargento que lo había querido hacer adelgazar a base de ejercicios matinales que no soportó.

Desde ese momento, un joven Metheny arrancó a trabajar en lo que en la zona de Baltimore se conoce como “los cuellos azules”. Estuvo de empleado en varios aserraderos y hasta fue camionero.

En algún momento de la década del 90, ocurre el incidente que despertó el instinto asesino y caníbal de Metheny.

Información de Infobae