Tareck El Aissami considerado por muchos como un «intocable» y «ultrapoderoso» del chavismo fue puesto contra las cuerdas por Nicolás Maduro y Policía Nacional contra la Corrupción (PNCC) por un multimillonario desfalco en las finanzas de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
La cifra de lo que habría sido el robo es impresionante: 3.000 millones de dólares, reseñó SEMANA.
El Aissami renunció a su cargo, según él, con el propósito de apoyar, acompañar y respaldar las investigaciones que se han iniciado sobre graves hechos de corrupción en PDVSA. Maduro, sin embargo, no salió a exculpar a quien era su hombre fuerte. Por el contrario, aseguró que había decidido “aceptar la renuncia como ministro de Energía y Petróleo para facilitar el establecimiento de la verdad, el castigo de los culpables y la justicia.
Maduro aunque reafirmó que Tareck era un “militante revolucionario” dispuesto a cooperar con la investigación, dejó claro que no le temblaría la mano para “desmembrar” a las “mafias de corrupción que se han enquistado en importantes sectores del aparato económico”. El petróleo, la principal mira.
El periodista Roberto Deniz, fundador de Armando.info, sostiene una de sus investigaciones que casi un centenar de compañías –la mayoría de origen desconocido y currículum sospechoso o fachada de empresarios afines al chavismo– han sido utilizadas por PDVSA como intermediarias para vender petróleo como parte de su estrategia para evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos”.
A ojos del Tío Sam, El Aissami era el vínculo de Maduro con los regímenes más dictatoriales del mundo. En este espectro, Hezbollah era el grupo con el que más se le señala de tener contactos.
La justicia norteamericana lo tenía entre ojos desde hace tiempo. Fue sancionado por el Departamento del Tesoro y está incluido en sus listas. “El Aissami fue señalado también por autoridades internacionales de facilitar, por ejemplo, la emisión de pasaportes venezolanos a ciudadanos que no eran venezolanos sino ciudadanos del Medio Oriente”, recordó Deniz. Sobre él también pesa una sentencia por narcotráfico de una corte de Manhattan.
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