El gobierno de México repatrió los cuerpos de 23 migrantes fallecidos el pasado 27 de marzo en el incendio de un centro de detención migratoria en Ciudad Juárez, zona fronteriza con Estados Unidos.
Se trata de 17 guatemaltecos y seis hondureños, que forman parte de las 40 víctimas mortales de la tragedia, informó el Instituto Nacional de Migración (INM) en un comunicado.
«Autoridades consulares (…) estuvieron presentes durante todo el proceso hasta que los féretros fueron trasladados en dos aviones de la Fuerza Aérea Mexicana», indicó el reporte.
Una caravana de carrozas fúnebres trasladó los ataúdes hasta la pista del aeropuerto local, donde había agentes migratorios y de la Guardia Nacional, observó un colaborador de la AFP.
El INM señaló que autoridades de Guatemala y Honduras viajaron junto con familiares de las víctimas a sus países de origen.
El gobierno inició la repatriación de los fallecidos el pasado viernes con el traslado de un colombiano y siete salvadoreños.
Según las autoridades mexicanas, el incendio se originó cuando un migrante encendió un colchón en la celda donde permanecía junto con otros 67 hombres, en medio de una protesta por una posible deportación.
En total perdieron la vida 19 guatemaltecos, siete salvadoreños, siete venezolanos, seis hondureños y un colombiano.
Imágenes de una cámara de seguridad mostraron que una vez desatado el incendio, ni el personal de migración ni el de seguridad hicieron algo por evacuar a los migrantes.
Bajo cargos de homicidio, autoridades mexicanas confirmaron la captura del migrante señalado de provocar el incendio, quien fue detenido junto a otras cuatro personas: tres funcionarios del INM y un vigilante privado.
El sexto sospechoso es otro guardia privado, que permanece prófugo.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha garantizado que el caso no quedará en la «impunidad».
AFP.