Las fuerzas ucranianas llevan meses plantando cara a la invasión rusa en ciudades y trincheras del este del país, y ahora que las tropas de Moscú parecen perder fuelle, sienten que ha llegado la hora de la contraofensiva, de momento sin fecha precisa.
«Si nuestro Estado Mayor dice que tenemos suficientes soldados, suficientes obuses, y suficiente de todo para atacar, estamos listos», dijo a AFP un militar ucraniano que responde al nombre de guerra de Mark, en la región de Donetsk.
Rusia sufrió importantes reveses el año pasado, al tener que retirarse de las zonas de Kyiv y Járkov (este) y de la ciudad de Jersón, en el sur.
Los expertos militares creen que esta vez las tropas ucranianas disponen de un corto margen de maniobra para imponerse.
Ucrania afirma haber formado brigadas de asalto y almacenado municiones, al tiempo que se ha esforzado en dar un respiro a sus soldados y agotar al enemigo en el frente. También recibió tanques y artillería de largo alcance de sus socios occidentales.
Todo ello para esta esperada contraofensiva, que cada vez se presenta más como un último intento de repeler a las fuerzas de Moscú de los territorios ocupados.
«¿Quién sabe cuándo volverá Ucrania a tener esta oportunidad? Es ahora o nunca», resume Mikola Bielieskov, investigador del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos de Kyiv.
– Encontrar el buen momento –
La gran pregunta del momento es saber cuándo empezará esta contraofensiva ucraniana.
Recientemente, el ministerio de Defensa publicó unas imágenes en clave de humor donde se ve a un soldado bailando en una trinchera llena de barro, bajo la leyenda: «cuando el terreno se endurezca, será posible atacar».
Bielieskov cree que lo fundamental, más que las condiciones meteorológicas, es «el dominio por parte de las tropas ucranianas de las armas prometidas por Occidente y la sincronización de la inteligencia y la logística».
Según él, los preparativos de la ofensiva ucraniana podrían culminar en junio o en julio.
«Todos en Kyiv saben que una ofensiva prematura tiene menos posibilidades de éxito», añade Bielieskov.
Las regiones meridionales de Zaporyia y Jersón, parcialmente ocupadas por las fuerzas rusas, son objetivos probables. Con su toma, Kyiv rompería el corredor terrestre que conecta a Rusia con la península anexionada de Crimea.
Los obuses ucranianos tendrán un papel importante en esta batalla, contra unas posiciones que Rusia ha tenido tiempo de fortificar.
Militares ucranianos desplegados en distintos puntos del frente dijeron no obstante a AFP que se están viendo sobrepasados por la potencia de fuego de la artillería rusa, que dispone de una reserva de obuses aparentemente muy superior.
En ese sentido, la UE adoptó en marzo un plan de 2.000 millones de euros destinado a abastecer a Ucrania de municiones.
«Contrariamente a los rusos, no nos preocupa el número de disparos, sino su precisión. Así es como Ucrania prevé colmar ese déficit», asegura Mikola Bielieskov. «El problema es que nosotros lo pagamos en hombres», apunta.
– La clave de la defensa antaérea –
Los anuncios de reclutamiento difundidos en todo Kyiv dan fe de los esfuerzos a gran escala para constituir una nueva fuerza capaz de asumir la contraofensiva, máxime tras las pérdidas sufridas en más de un año de combates.
Kyiv no ha divulgado cifras, aunque el jefe del grupo paramilitar ruso Wagner, Yevgueni Prigozhin, en primera línea en el frente oriental, avisó de que Moscú debe estar listo para repeler una fuerza ucraniana de entre 200.000 y 400.000 hombres.
Las filtraciones de documentos secretos norteamericanos, que en su mayoría parecen auténticos, mencionan las carencias de material y municiones de precisión del lado ucraniano, así como unos sistemas de defensa antiaérea que han llegado a su límite.
«Sin superioridad aérea, llevar a cabo ofensivas bajo el fuego de aviones enemigos es cuanto menos difícil, por decirlo amablemente», reconoció recientemente el portavoz de la Aviación ucraniana, Yuri Ignat.
Las autoridades ucranianas se apresuraron en minimizar el impacto de esas fugas de documentos, y aseguraron que los planes de la contraofensiva «siguen en curso de elaboración».
AFP.