El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibirá este jueves por primera vez en la Casa Blanca a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, para hablar de migración y lucha antidroga en un momento en el que el exguerrillero busca la «paz total».
Los dirigentes abordarán temas de «interés nacional mutuo», teniendo en cuenta que «Colombia es un aliado clave de Estados Unidos», afirmó Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca.
Jean-Pierre dijo que Biden y Petro tienen mucho de que hablar sobre cooperación económica y de seguridad, lucha contra el cambio climático y el narcotráfico, desafíos migratorios, valores democráticos y derechos humanos y laborales.
La visita de Petro a la Casa Blanca es considerada «un hito importante» y «una oportunidad única para reafirmar la sólida alianza», según la presidencia de Colombia.
Y es que el primer gobierno de izquierda en la historia del país sudamericano tiene una «nueva visión» que «modifica» la relación sin dejar de ser «aliados de verdad», como dijo en Washington a finales de marzo el ministro de Relaciones Exteriores colombiano Álvaro Leyva.
Petro, un exguerrillero y exsenador que el próximo miércoles cumplirá 63 años, llegó al poder en agosto con ambiciosos proyectos de reformas, algunos de ellos sensibles en la histórica relación que Washington mantuvo durante décadas con los tradicionales gobiernos conservadores de Colombia.
El mandatario izquierdista es un férreo crítico de la «fracasada» guerra antidrogas -respaldada por Estados Unidos- y propone concentrarse en el consumo más que en la producción, así como detener la persecución de los pequeños cultivadores.
A mediados de marzo el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina y el Caribe, Brian Nichols, consideró «muy difícil» que el plan antidrogas de Petro tenga éxito si no erradica cultivos.
Este cambio de enfoque en la lucha antidrogas forma parte la política de «paz total» con que el presidente aspira poner fin a más de seis décadas de violencia en Colombia.
Para ello aspira a abrir una mesa de diálogo con el Estado Mayor Central (EMC), la facción más grande de disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se apartó del histórico acuerdo de paz de 2016, cuando el grueso de los rebeldes depusieron las armas.
También inició negociaciones con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), surgida en 1964 y que ha mantenido diálogos de paz frustrados con cinco gobiernos.
AFP.