El vendedor Rick Lemmon escucha atentamente mientras el gobernador de Florida, Ron DeSantis, expone sus ideas a una multitud en el estado rural de Iowa, centro de Estados Unidos.
«Sería un gran candidato a presidente», declara Lemmon a la AFP tras escucharlo.
Los valores conservadores de DeSantis, su postura firme sobre la inmigración y la oposición al aborto atraen a este hombre de 60 años que luce un sombrero de cowboy.
«Él marca todas las casillas para mí», dice Lemmon sobre los requisitos que espera que cumpla un candidato presidencial.
Estados Unidos recién elegirá a su próximo presidente en noviembre de 2024, pero la efervescencia de las elecciones ya se siente en el aire húmedo de la ciudad agrícola de Sioux Center.
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DeSantis, una figura emergente del partido republicano, fue el invitado de honor en un evento político el sábado organizado por Randy Feenstra, legislador por Iowa en el Congreso estadounidense.
Si bien DeSantis aún no ha oficializado su campaña presidencial, las camisetas, gorras y carteles con el lema «DeSantis 2024» que abundan en la sala hicieron del anuncio una mera formalidad.
El viaje del gobernador floridano a Iowa alimenta aún más las expectativas de que se postulará para el cargo.
Conocido por sus campos de maíz, Iowa juega un papel clave en el surgimiento de líderes políticos.
Es el primer estado en celebrar una primaria del Partido Republicano, y ganar en Iowa garantiza a los candidatos presidenciales un impulso valioso para su campaña.
DeSantis subió al estrado con una camisa azul, jeans y botas, y recitó lo que parecía ser su manifiesto político.
Defendió el derecho a portar armas y prometió luchar contra la «ideología transgénero», promesas incluidas en el manual conservador que guía su administración en Florida.
Recibió una ronda de aplausos cuando dijo que si él fuera el presidente Joe Biden «cerraría la frontera (con México) de inmediato».
Un nombre que no pasó siquiera por su boca fue el del expresidente republicano Donald Trump (2017-2021), su rival en el partido que figura muy por delante en las encuestas.
Se suponía que el magnate inmobiliario realizaría un mitin en Iowa el sábado en una localidad a unas horas de distancia en automóvil, pero acabó por ser cancelado debido a una advertencia de tornado.
– «No se trata de entretener» –
En el evento, DeSantis se permitió apenas alguna alusión velada a Trump, por ejemplo al decir que «gobernar no se trata de entretener al público».
«Gobernar no se trata de construir una marca o hablar en las redes sociales y resaltar virtudes», dijo.
«En última instancia, se trata de ganar y producir resultados», subrayó.
Trump, sin embargo, no se anda con rodeos al hablar de DeSantis, a quien ha dirigido burlas y críticas.
Aunque agobiado por graves problemas legales, Trump conserva una influencia indiscutible sobre el Partido Republicano.
Fue acusado en abril de 34 cargos por delitos graves por su papel en el pago de dinero en negro durante su campaña presidencial de 2016 para comprar el silencio de una estrella porno con la que habría tenido una relación íntima, y esta semana fue declarado responsable de una agresión sexual en 1996.
Pero en el Sioux Center muchos no parecían considerar eso un problema. Por el contrario, la mayoría de las personas consultadas por AFP en el evento estimaron que los cargos eran parte de una «cacería de brujas», como le gusta decir al multimillonario.
Sin embargo, no todos los republicanos lo quieren de vuelta en la Casa Blanca.
«Preferiría a Ron DeSantis que a Trump», sostuvo Craig Hoftyzer, de 47 años, presente en el mitin, pero no por los problemas de Trump con la justicia, sino por su edad.
DeSantis tiene 44 años, mientras que Trump tiene 76.
«Estoy cansado de Trump», dijo por su parte Carl Clevelend, un jubilado de 72 años que opinó que el magnate «simplemente no puede controlar su boca».
Algunos perciben a DeSantis como un hombre al que le falta carisma y experiencia en el escenario nacional, pero sus seguidores ven esto como una ventaja sobre el expresidente.
«Trump es carismático, pero por ello también un poco dramático», opinó Dustin Rodger, de 40 años.
«DeSantis apoya muchas de las mismas políticas, pero también es más refinado. Da la impresión de ser más educado», dijo.
Rodger, que lucía una gorra de DeSantis, estaba tan entusiasmado por escuchar hablar al gobernador que trajo a varios amigos para convencerlos antes de las elecciones, una misión exitosa, según él.
Pero antes de que puedan darle su voto a DeSantis, el gobernador debe oficializar su candidatura presidencial, algo sobre lo que evitó pronunciarse y que aún podría tomar algunas semanas.
AFP