Los diputados británicos se pronunciarán el lunes sobre el informe según el cual el ex primer ministro Boris Johnson mintió deliberadamente sobre las fiestas ilegales celebradas durante los confinamientos, esperando pasar página de un escándalo muy dañino para el Partido Conservador.
El debate tiene lugar el día en que el exlíder conservador cumple 59 años y podría desembocar en una sanción disciplinaria sin, no obstante, muchas consecuencias.
Junto a los diputados opositores, numerosos legisladores de su propio partido esperan cortar así los lazos con el controvertido político de la indisciplinada cabellera rubia.
Pero sus defensores pronostican que Johnson volverá pese a todo a la contienda electoral aprovechando la pérdida de popularidad de su sucesor -antaño mano derecha y ahora rival- Rishi Sunak, que prometió devolver la integridad política al gobierno pero se encuentra sumido en una histórica crisis por el alza del costo de la vida que no logra atajar.
Tras destacarse como uno de los artífices del Brexit a partir del referéndum de 2016, Johnson obtuvo en diciembre de 2019 la mayor victoria electoral del Partido Conservador en décadas. Sin embargo, dos años y medio y numerosos escándalos después se vio obligado por su propia formación a dimitir como primer ministro.
El Parlamento encargó entonces a una comisión investigar si el líder había mentido deliberadamente a los diputados cuando afirmó que siempre se respetaron en sus oficinas de Downing Street las reglas anticovid impuestas por él mismo durante los confinamientos de 2020 y 2021.
El resultado fue demoledor. Su informe, hecho público la semana pasada, determinó que Johnson cometió un «desacato reiterado» al Parlamento e intentó «socavar el proceso parlamentario». «No hay precedentes de haber hallado que un primer ministro engañó deliberadamente a la cámara», subrayó.
Antes incluso de que sus conclusiones se hiciesen públicas, Johnson renunció a su escaño como diputado el 9 de junio, al tiempo que denunció un montaje político de sus detractores.
Al dimitir de forma preventiva, frustró la recomendación de la comisión parlamentaria de suspenderlo como diputado durante 90 días, lo que le habría abocado a una humillante pugna electoral para intentar una improbable reelección en su circunscripción.
Ahora, sin embargo, la comisión sólo puede recomendar a los diputados que le retiren el pase parlamentario, negándole un privilegio que normalmente se ofrece a los exlegisladores.
– «Engañar al Parlamento y salirse con la suya» –
Es no obstante aún incierto si el debate desembocará en una votación formal -que dejaría en evidencia los pocos diputados conservadores que aún lo apoyan- o la cámara se limitará a aprobar el informe de oficio.
Sunak y su gobierno esperaban pasar así página de este escándalo, apodado «partygate».
Pero sus esfuerzos se vieron socavados el domingo por la filtración a los medios de un nuevo vídeo en que se ve a responsables del Partido Conservador bailando en una fiesta en diciembre de 2020 durante uno de los tres confinamientos anticovid impuestos a los británicos, impidiéndoles incluso despedirse de sus allegados muertos debido al coronavirus.
Son imágenes «terribles» e «indefendibles», reconoció a la BBC Michael Gove, uno de los principales ministros de Sunak.
Sin embargo, Jacob Rees-Mogg, uno de los principales diputados conservadores leales a Johnson, predijo que el ex primer ministro puede volver a la pugna electoral en las legislativas previstas dentro de año y medio.
«Quizás, tras las próximas elecciones, Boris Johnson regrese con un nuevo mandato electoral», escribió el sábado en las páginas del diario conservador Daily Telegraph.
También, Liz Truss, que sucedió brevemente a Johnson como primera ministra el pasado septiembre, afirmó la semana pasada que «nunca, nunca, nunca descartaría a Boris». «Estoy segura de que oiremos hablar más de él», dijo.
La ex ministra conservadora Justine Greening declaró el domingo a la BBC que sería más fácil convencer a la opinión pública de que el gobierno de Sunak avanza si el lunes los legisladores respaldan el informe de la comisión parlamentaria.
«Esencialmente, es importante reconocer que los diputados, y especialmente los primeros ministros, no pueden engañar al Parlamento y salirse con la suya», añadió.
AFP