El gobierno ruso dijo que llegó a un acuerdo con el grupo paramilitar Wagner, que había iniciado un levantamiento armado contra Moscú, para «evitar un baño de sangre».
«El principal objetivo era evitar un baño de sangre, confrontación interna y enfrentamientos con resultados impredecibles», explicó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov e indicó que también esa era la meta de la mediación del líder bielorruso, Alexander Lukashenko.
Por otra parte, Peskov consideró «impensable» que el frustrado motín de la milicia Wagner afecte a la ofensiva militar en Ucrania.
«La operación militar especial continúa. Nuestros militares han conseguido rechazar la contraofensiva ucraniana», declaró.
AFP.