El papa Francisco expresó su tristeza por las víctimas en la reyerta esta semana en una cárcel de mujeres de Honduras, en la que murieron casi medio centenar de reclusas.
«Siento dolor por lo que pasó hace algunos días en el centro penal de Támara», en Honduras, dijo el pontífice argentino tras la oración del Ángelus en la plaza de San Pedro.
«Una terrible violencia que ha sembrado tanta muerte y violencia», agregó.
Los choques entre reclusas pandilleras de esta cárcel, en las afueras de Tegucigalpa, dejaron el martes 46 fallecidas.
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De acuerdo con las autoridades, reclusas de la pandilla Barrio 18 irrumpieron y dispararon con armas de grueso calibre en el edificio donde se ubican sus rivales de la Mara Salvatrucha (MS-13) y posteriormente le prendieron fuego.
En su oración del domingo, el papa invocó a la virgen hondureña de Suyapa, para que «ayude de corazón a abrirse la reconciliación y a dar espacio a una convivencia fraterna, incluso dentro de las cárceles».
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El país centroamericano tiene uno de los mayores niveles de violencia penitenciaria del mundo.
Honduras, junto a sus vecinos El Salvador y Guatemala, conforma el denominado «triángulo de la muerte», plagado de pandillas o maras que controlan el tráfico de drogas y el crimen organizado.
AFP.