Los legisladores estadounidenses acusaron el jueves al Partido Comunista Chino de utilizar prácticas económicas coercitivas para lograr el dominio mundial sobre Estados Unidos.
Las acusaciones tuvieron lugar en una audiencia de la Comisión Selecta de Competencia Estratégica entre Estados Unidos y el Partido Comunista Chino de la Cámara de Representantes días después del viaje de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, a Beijing, para discutir la relación económica entre los dos países.
Yellen dijo que aunque EE.UU. está tomando medidas específicas de seguridad nacional, “una disociación de las dos economías más grandes del mundo sería desastrosa para los intereses de ambos países y desestabilizadora para el mundo, y sería virtualmente imposible de llevar a cabo. Queremos una economía global dinámica y saludable que sea abierta, libre y justa”.
Las relaciones diplomáticas entre los dos países han sido tensas desde que EEUU derribó un globo espía chino a principios de este año. Los testigos dijeron al panel de la Cámara el jueves que las empresas estadounidenses que operan dentro de China se enfrentan a amenazas cada vez mayores.
“No existe tal cosa como una empresa privada en China, una serie de leyes como la ley de contraespionaje actualizada, la ley de seguridad de datos, la ley de sanciones contra extranjeros han codificado lo que siempre fue cierto: China se reserva el derecho de revisar cualquier dato, incautar cualquier activo y tomar la propiedad intelectual que desee”, dijo el presidente del comité, Mike Gallagher.
Según los miembros del comité, el entorno restrictivo de China está dando lugar a la llamada «fuga de cerebros» de sus propios empresarios, convirtiendo a China en el principal país del mundo en la salida de personas ricas, que huyen de lo que temen que sea la posibilidad del Partido Comunista de apoderarse arbitrariamente de los bienes.
Los testigos declararon que el entorno en China se está volviendo cada vez más restrictivo para las empresas y las personas estadounidenses.
«En los últimos meses, las autoridades de la República Popular China están acusando a cualquier empresario nacional o extranjero de espionaje simplemente por proporcionar cualquier servicio utilizando información de la República Popular China para otorgarla o darla a clientes de terceros países», dijo Piper Lounsbury, directora de investigación y desarrollo de Strategy Risks, una firma de administración de riesgos para empresas que hacen negocios en China.
“La represión a las empresas de consultoría, la ampliación de las leyes de secreto y el flujo de información de la RPC solo resaltan la simetría negativa que tenemos con China. Esto significa que incluso las empresas ahora ni siquiera pueden hacer los trámites debidos antes de cualquier tipo de transacción comercial”, agregó.
Voz de América