En una acera de Phoenix, la capital de Arizona, donde una ardiente ola de calor llevó a instar a evitar salir a la intemperie, Dana Page pasa dificultades para mantenerse hidratada en su improvisado refugio de lona.
Rodeada de botellas de agua, la mujer de 49 años conoce muy bien los peligros de la canícula para la población sin hogar.
Días antes, presenció como los servicios de emergencia realizaban una resucitación cardiopulmonar a uno de los residentes de «La Zona», un campamento donde cientos de personas viven en tiendas de campaña y refugios improvisados.
«Murió a pocas pulgadas del agua», dijo a la AFP.
Phoenix, como la mayoría del suroeste de Estados Unidos, está rodeada por el desierto, y sus 1,6 millones de residentes están acostumbrados a brutales temperaturas estivales.
Pero este año, una ola de calor sin precedentes por su duración, ya hizo que la ciudad rompiera su registro anterior de 18 días en una temperatura igual o mayor a 43 ºC centígrados, con un pronóstico similar para la próxima semana.
Page, natural de Phoenix, dijo haber tenido tres trastornos de calor en los últimos cinco años, los cuales describe como un «asesino secreto» que llega inadvertidamente si no se vigila la ingesta de agua.
– Muertes por calor se disparan –
La ausencia de lluvias acompañadas de vientos también ha agravado el problema. El calor sofocante no da respiro durante el día, dejando que las temperaturas sigan peligrosamente altas en la noche.
«Si esto sigue, veremos más muertes por el calor», aseguró Amy Schwabenlender, jefe del Campus Servicios Humanos, un extenso complejo cerca de «La Zona» donde 16 asociaciones cooperan para proveer servicios sociales, tratamiento médico y refugio a aquellos que lo necesitan.
«Es una situación de vida o muerte», advierte Schwabenlender.
Con un crecimiento de su población ubicado entre los más altos de Estados Unidos, sumado a la falta de vivienda accesible, Arizona ha visto crecer el número de personas sin hogar en un 23,4 % en los últimos años.
Y a medida que el calentamiento global genera eventos climáticos más extremos y frecuentes, las personas sin hogar son cada vez más vulnerables.
El condado de Maricopa, que incluye la ciudad de Phoenix y sus barrios circundantes, registró un aumento del 25% de muertes por calor, con 425 fallecimientos, muchos de estos entre la población sin hogar.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) advirtió que el calor extremo es el fenómeno climático más mortífero, y recomendó a los residentes de Phoenix «quedarse en casa y buscar edificaciones con aire acondicionado» durante la ola de calor.
– «Suficientes recursos para ayudar a todos» –
Para lidiar con la emergencia, el Campus Servicios Humanos se mueve rápido. Sus asociaciones envían en la mañana patrullas para distribuir 2.000 botellas de agua diarias, sombreros y bloqueador solar.
Al igual que otros 60 sitios de la ciudad, el complejo también sirve como un centro para refrescarse donde los habitantes sin hogar pueden encontrar sombra, vaporizadores y una gran cafetería donde ver películas para pasar el rato.
Schwabenlender advierte que las superficies calientes del exterior también representan un grave peligro, en especial para aquellos que andan descalzos o con zapatos desgastados y para la gente que se acuesta en el suelo.
«Vi a un hombre que se acostó sobre algo y todo un lado de su cuello estaba quemado», explicó.
La temperatura del asfalto en el verano puede estar por encima de los 71 ºC.
Hace unos días, José Itafranco, que antes pintaba casas, colapsó en la acera después de consumir metanfetaminas, pero el hombre de 30 años dijo que tuvo suerte de que su esposa Alvira estaba cerca.
«Cuando consumes meta… de verdad te hace pensar que eres más fuerte… como si fueras invencible», dijo Itafranco a la AFP.
«Pero lo que realmente pasa es que te deshidratas», agregó.
Schwabenlender comenta que cientos de muertes por calor en Maricopa se pudieron evitar con una respuesta más coordinada y exige a una acción de urgencia federal acorde con otros desastres naturales.
Por su parte, la Casa Blanca, subrayó la semana pasada los planes de respuesta federales relacionados con el «calor extremo alimentado por la crisis climática», incluyendo una próxima reunión con funcionarios locales para discutir la preparación y trabajar sobre el borrador de una «Estrategia Nacional para el Calor».
«Tenemos suficientes recursos para ayudar a todos, solo tenemos que resolver cómo poner todo junto», indicó Schwabenlender.
AFP