El régimen de Nicolás Maduro inició las gestiones para enjuiciar a 22 personas por la trama de corrupción Pdvsa-Cripto. Estos habrían desfalcado más de 5.500 millones dólares, pero la pregunta que se hace el periodista Miguel Ángel Rodríguez es ¿dónde está el dinero restante?.
En el programa La Entrevista, Rodríguez mencionó que desde la dictadura comenzaron a subir la cantidad que estos 22 corruptos se robaron, ya que inicialmente se hablaba de $ 3.000 millones.
«Dan cuenta del robo de 5 mil 500 millones, casi 6 mil millones. Lo fueron subiendo porque primero insistían en la cuenta de tres mil millones después que Hermánn Escarrá sacó la cuenta de $ 23.000 millones, pero los otros 17 mil millones y pico de dólares ¿dónde están?», cuestionó.
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De igual forma, acota que el plan «anticorrupción» no es más que una fachada del régimen ante el descontento de la población.
«Los docentes son los que no se comieron el cuento de que Nicolás Maduro no le cumplía sus compromisos porque las sanciones acabaron con la economía. Como Maduro sabía que ese cuento no se lo comían en calle, se puso el disfraz de superhéroe. Brotó todo el brollazo de la corrupción y dijo «mi operación es caiga quien caiga». Pero el primero que cayó fue él porque le pasaron por encima las millones de consciencias de personas. Estas le decían: «no es bloqueo, es saqueo»», añadió.
«Jalados de los nervios» por el caso Carvajal
Asimismo, abordó la información de que hay militares en el exilio dispuestos a declarar contra Hugo «El Pollo» Carvajal. Los castrenses planean testificar y sacar a la luz los vejámenes a los que el ahora preso ante la justicia estadounidense los sometía cuando era jefe de Inteligencia y Contrainteligencia.
«Entendemos que militares en el exilio se han comunicado con un connotado jurista venezolano pidiendo que interceda en la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York para testificar contra Hugo «El Pollo» Carvajal por sus actuaciones delictivas. Esto se convierte en un berenjenal para quienes están en Miraflores tirándose silletazos en Miraflores. Jalados de los nervios porque de aquí a noviembre es mucho de lo que se puede negociar. Las estructuras tiemblan», contó.