El régimen de Nicolás Maduro se lavó las manos este miércoles al negar que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se haya reunido en territorio venezolano para planificar un atentado terrorista y asesinar a Francisco Barbosa, fiscal de Colombia.
Por medio de un comunicado, la dictadura expresó estar «preocupada» por tales «escandalosas informaciones». Según la cancillería del régimen, dicha información la difunden sectores «que intentan minar el proceso de paz» en Colombia.
«Ante la serie de rumores, que con dudosa intención son esparcidos en Colombia, y que intentan construir una matriz de opinión del uso de nuestro territorio con fines de generar inestabilidad y acciones terroristas, se ordenó una exhaustiva y transparente investigación que establecerá la verdad», señalaron.
En seguida, el régimen de Maduro exhortó al gobierno de Gustavo Petro a «respaldar» el plan de paz total. Asimismo, a «echar por tierra cualquier intento de sabotearlo».
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«Así como rechazar cualquier intención de sugerir la posibilidad de que se esté usando nuestro territorio para estos inverosímiles planes», añadieron.
Por último, rechazaron «cualquier intento de entorpecer la salida pacífica del conflicto armado en Colombia». «Al tiempo que reafirma su compromiso de seguir contribuyendo y sumando activamente en proceso de paz total en la hermana República de Colombia», finalizaron.
En la misma línea que el chavismo, el gobierno de Petro dijo no poseer mayor información sobre el atentado.
«Yo no sé si se habrá abierto una investigación. Hay que averiguar muy a fondo porque podría ser una bomba contra el proceso de paz», dijo el canciller Álvaro Leiva.
