Este domingo, el actual presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, se pronunció tras la apertura de las urnas para elegir a un nuevo Jefe de Estado. En su discurso, aprovechó la oportunidad de agradecer y de aceptar las consecuencias de su decisión del pasado 17 de mayo «al disolver» la Asamblea Nacional.
«Este es un proceso inédito, es la consecuencia de una decisión democrática que tomé el 17 de mayo al disolver la Asamblea Nacional, para poner fin a una irracional obstrucción de algunos sectores políticos que tenían sumido al país en una profunda crisis», sostuvo desde una rueda de prensa en Guayaquil.
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Acotó: «Así como el poder para gobernar me lo dio el pueblo, yo decidí devolverle el favor al pueblo para que, con su voto, viabilicen los nuevos cambios que hoy necesita el Ecuador».
A su juicio, el voto es una herramienta fundamental para «detener el avance de proyectos autoritarios que ponen en riesgo la estabilidad del país, y para afianzar el desarrollo y la prosperidad de las familias ecuatorianas»
De este modo, agradeció al Consejo Nacional Electoral (CNE) y a las Fuerzas Armadas «por lograr que se materialicen ese proceso electoral, en apenas tres meses»; con ello, dio la bienvenida a los observadores internacionales.
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Lasso también pidió que se respete la decisión de los ecuatorianos en las urnas en un «ambiente de paz y tranquilidad», después de que la campaña electoral quedase marcada por el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio a la salida de un mitin.
«Hoy, 13 millones y medio de ciudadanos tienen esa inmensa responsabilidad. Les pido sufragar con la mayor reflexión y civismo, con la mirada puesta en lo mejor para sus familias y la nación entera», precisó.