Al despertarse una mañana de octubre, Ellis, una adolescente de 14 años de Texas, tenía varias llamadas pérdidas y mensajes de texto con imágenes de ella desnuda que circulaban en las redes sociales.
Las fotos falsas (basadas en su cara real y un cuerpo desnudo superpuesto) habían sido enviadas a compañeros de clase que difícilmente podían imaginarse el engaño.
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Y es que la inteligencia artificial (IA) hace que los llamados «deepfakes» (videos, imágenes o audios generados que imitan la apariencia y el sonido de una persona) sean cada vez más realistas.
Las imágenes originales de Ellis y su amiga, que también fue víctima, fueron tomadas de Instagram, contó la estudiante de secundaria a la AFP.
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