Entre la falta de oportunidades en el mercado laboral, las bajas remuneraciones y el alto costo de la vida, los jóvenes en Venezuela se sienten “frustrados” y con su futuro “a la deriva”.
“En mi último empleo la remuneración me alcanzaba para el transporte, alguna comidita, pero no era como para vivir”, dice a la Voz de América Lisney Lagos, de 23 años.
Lagos está cerca de graduarse de administradora y ve cuesta arriba conseguir una oportunidad de trabajo competitiva.
“Uno está a la expectativa, a la deriva, a veces uno se siente frustrado por no conseguir el empleo ideal o una buena remuneración para seguir adelante”, insiste.
Pero no decae. Está justo en una feria de empleo, donde otros jóvenes en la misma tónica buscan una oportunidad en el deteriorado mercado laboral de Venezuela.
“Tengo desde el año pasado intentando irme a vivir por mis propios méritos, pero el alquiler siempre supera mi sueldo”, admite Aimée Martínez, de 29 años, que es técnico superior en publicidad y mercadeo. Vive con su madre.
Martínez renunció hace días a un puesto en una productora de contenido multimedia para buscar otra alternativa. Su sueldo mensual en bolívares, la devaluada moneda venezolana, equivalía a 130 dólares en bolívares, sin ningún otro beneficio.
“Ese sueldo me alcanzaba solo para pagar el mercado (…) Es triste, el sueño de uno es crecer”, lamentó.
El salario promedio en Caracas ronda los 200 dólares, pero varía dependiendo del tipo de trabajo, según el economista Omar Zambrano, de la consultora Anova.
Los empleos “básicos”, de baja remuneración como es el caso de obreros, vigilantes, operarios, rondan los 180 dólares; los “puestos intermedios” como jefes de tienda, están alrededor de 280 dólares, y los empleos gerenciales rondan entre los 400 y 500 dólares, según el experto.
Mientras, la canasta alimentaria para una familia de cinco personas en Venezuela se calculó en octubre en 493 dólares, según estimaciones del Centro de Documentación y Análisis Social, Cendas-FVM.
Dos años buscando empleo lleva Irene Nieto, de 26 años, que es publicista. No encuentra en su área y otros no ofrecen una compensación acorde a sus necesidades.
Entonces, trabaja independiente manejando redes sociales, pero “todo se me va en comida”, afirma.
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Nieto paga 80 dólares por una habitación en un pequeño apartamento en el oeste de Caracas, que comparte con otras personas. “Mis familiares me ayudan, porque no me da, no me da. ¿Cómo hago?”.
No descarta emigrar pronto.
En Venezuela, el mercado laboral está “destruido”; con la “desaparición de cientos de miles de empresas y períodos prolongados de recesión económica”, afirma Zambrano a la VOA.
Y esto “desestimula” a la gente a seguir buscando trabajo en un país que tiene a “la mitad de la población activa sin trabajo», según datos de la consultora.
La cifra es “inusualmente alta”, sigue Zambrano, que explica que “cuando estás en el mercado laboral y los salarios no son atractivos o buscas y buscas y buscas y no encuentras, simplemente tú dejas de buscar”.
VOA