Más de 60 legisladores republicanos realizaron una visita a Eagle Pass, Texas, donde expresaron sus fuertes críticas hacia las políticas de seguridad fronteriza de la administración Biden. Mientras tanto, el Departamento de Justicia demanda a Texas en un momento en que el gobierno se prepara para reabrir cuatro puertos de entrada cerrados debido al elevado número de migrantes.
Decenas de legisladores Republicanos del Congreso, incluyendo al presidente de la Cámara Baja, Mike Johnson, llegaron a la frontera de Texas exigiendo a sus colegas demócratas tomar medidas ante lo que describen como la crisis de seguridad fronteriza de la administración Biden.
En palabras de Johnson, «el presidente puede y debe actuar ahora. Esto no requiere legislación. Requiere liderazgo. Y a pesar de la afirmación de la Casa Blanca, tiene toda la autoridad que necesita ahora mismo, en virtud de la legislación federal vigente, para detener esta locura».
El representante méxico-estadounidense de Arizona, Juan Ciscomani, calificó el problema como grave y afirmó que ha empeorado bajo el actual gobierno. «Necesitamos parar esto y tenemos las herramientas para hacerlo, pero el presidente se niega a hacerlo. Como inmigrante, esta no es la solución. Es una crisis humanitaria y de seguridad nacional, y necesitamos hacer algo inmediatamente».
Por otro lado, Joshua Blank, director de investigación del Proyecto para las Políticas de Texas, señala que los demócratas, incluida la administración Biden, han afirmado que son los republicanos quienes no están dispuestos a sentarse a la mesa de negociación. Según Blank, la cuestión fronteriza es perenne y, especialmente para los republicanos, no hay ventaja en negociar con los demócratas, incluso para un acuerdo que los acerque al 90% de sus objetivos.
El Departamento de Justicia presentó la demanda contra Texas para impedir la implementación de la SB-4, la polémica ley que permitirá a la policía local y estatal actuar como agentes de inmigración en marzo próximo.